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Cuando queda ya poco para que comience la campaña electoral para las elecciones del 23 de julio salta en Extremadura un furioso desencuentro entre el PP y Vox que quienes observamos desde fuera ambos partidos nos es muy difícil de entender, aunque da la impresión de que derogar al sanchismo (por utilizar los término empleados por Alberto Núñez Feijóo) no es el objetivo principal de PP y Vox en Extremadura.

¿Por qué en Valencia sí y en Mérida no? se preguntaba hace unos días la periodista Leyre Iglesias, que no es precisamente partidaria de Vox. Pero tampoco se puede entender que los dos partidos no se hayan puesto de acuerdo en Extremadura, sobre todo si las críticas que la candidata del PP dirige a Vox son tan inconsistentes.

En palabras de Leyre Iglesias: »La pregunta de fondo sigue ahí: ¿por qué Vox es aceptable en Valencia y en Extremadura no? ¿Alguien en Génova lo podría aclarar? El riesgo es que el desconcierto y los tics narcisista-populistas de Guardiola alimenten al partido de Abascal, motor de Sánchez. Cabe preguntarse también si la incoherencia que tanto se le critica es la vía más legítima para vencerle.»

Otro periodista que no tiene pelos en la lengua se expresaba así el miércoles 21 de junio:

«Que el problema de la derecha política es que no respeta a la derecha social lo ha ejemplificado de maravilla María Guardiola, que si antes era una chusca parodia de Podemos, ayer dio un gran paso para convertirse en la nueva Irene Montero y acompañar a Belarra en la curva de los alcornoques. […] Pero el colmo del desprecio a los votantes del PP son sus argumentitos. El concepto de violencia machista es tan discutible que no aparece en ningún código penal hasta hace pocos años. Lo grave es privar de la presunción de inocencia a todos los hombres, como si fuéramos todos violadores.»

Y más aún en el fondo cabe preguntarse lo siguiente: ¿cuántos electores extremeños que han votado al PP o a Vox están en contra de un acuerdo entre ambos partidos para gobernar en Extremadura? Me parece que muy pocos. Entonces, ¿por qué este enfrentamiento que ya ha puesto en manos del PSOE la dirección de la Asamblea extremeña?

¿Quieren ir a unas nuevas elecciones? Si tal discusión (no política sino lingüística) lleva a unas nuevas elecciones, el ganador será el PSOE de Fernández Vara. Lo cual tampoco está tan mal y la señora Guardiola (PP) y el señor Pelayo (Vox) se irían a freír espárragos. Y es allí donde mejor estarán, por sectarios y por necios.

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