De Texas a Badami

A veces uno piensa que algo como 'lo de Trump' solo es posible en Estados Unidos. Que los ciudadanos hayan votado para que les lidere un tipo que a lo largo de toda su vida siempre se ha caracterizado por dar la nota, es muy USA.

Siempre he pensado que existen ciertas similitudes entre la América profunda de los 'redneck' y cualquier poblado perdido de la India. Recuerdo haber visitado pequeñas localidades de países como India o China y que sus gentes te miren como si fueras un extraterrestre. Gente con tan pocos recursos que lo más lejos que han viajado ha sido un trayecto en bici al poblado de al lado. Son incapaces de concebir la dimensión del mapa en el que viven. No saben que existen grandes ciudades, que existen otras razas, culturas, países, océanos… Su mundo es muy pequeño.

La América trumpiana piensa relativamente parecido, pero por una cuestión de 'ombligocentrismo'. Allí sí saben que existen otros continentes -porque al menos van a la escuela-, pero a muchos de ellos les da absolutamente igual. Nada puede haber más importante que su rancho.

A ese tipo obeso que utiliza una furgoneta más larga que un Alsa para ir al mall a comprar mierdas y desayunar un buen plato de costillas BBQ le importa bien poco si en Europa la gente es pobre o muy pobre -porque ricos ni lo conciben-. De hecho, difícilmente acertaría a señalar con el dedo algún país europeo. Si acaso, Italia. Por aquello de que tiene forma de bota.

Millones de americanos están convencidos de que su país es el primer mundo, y todo lo demás son los suburbios. Seguros de que el resto del planeta gorronea -como dice el propio Trump- la generosidad americana y que ha llegado el momento de anteponer sus intereses. Como si no fuera así desde hace décadas.

Y en ese escenario llega un populista de manual, que dice todo tipo de salvajadas y que se pasa por el forro todas las normas de protocolo, educación, tacto, relaciones internacionales…. y le votan masivamente porque el yankee genuino del rifle y la mazorca, no es que considere que es innecesario tener relaciones con el resto del planeta, es que, directamente, no considera nada. Ni lo ha pensado.

El problema no es ese perfil de votante de Trump, sino el de las costas. El que viste corbata, juega al golf y se lee la información bursátil. Ese al que se le presupone una visión más amplia del mundo y que, sin embargo, ahora se sorprende de que se le hayan desplomado sus acciones. Es como los británicos a favor del brexit que luego se llevaban las manos a la cabeza. ¿Qué esperaban?

Supongo que la expectativa de alguien que trae un gato a casa sea que se comporte como un gato: que maúlle, se acurruque y, de vez en cuando, le arañe algún mueble. ¿Qué esperaba la gente que votó a Trump? ¿Que no haga 'trumpadas'?

No puedo por menos que culpar a los propios americanos de algunos de los infames episodios -ciertamente históricos- que estamos viviendo desde hace semanas, pero haciendo un ejercicio de pausa y reflexión me pregunto: ¿Podríamos haber hecho algo similar los españoles?

Me gustaría decir que no, pero empiezo a recordar que hubo gente que apoyó a Ruiz Mateos en su carrera como político, que aquí ha sido alcalde Jesús Gil, que es de lo más parecido que te puedes encontrar a Trump -personaje televisivo, faltón y populista-, o que hemos enviado a Eurovisión al 'Chikichiki' solo para reírnos de las caras que pondrían el resto de países ante tal esperpento.

La historia nos dice que ante el populismo nadie está en condiciones de tirar la primera piedra.