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Esta es la noticia. La seguridad de Europa ya no está garantizada. Aunque desde hace tiempo se venía barruntando. Sólo hemos necesitado unos pocos días de míster Trump en la Casa Blanca para irnos de zurreta. Quién tenga que defenderse que lo pague, ha venido a decirnos sin pelos en la lengua y sin dar turno de réplica Y ha sido cuando la vieja Europa —tan acomodada en sus heroicas, glorias y ese enorme inventario de monumentos y bienes Patrimonio de la Humanidad— se ha echado a temblar porque se acabó el chollo. Pensándolo un poco, acaso no le falte a míster Trump razón. Cuando los enemigos acechan la casa, hay que estar preparados con medios propios para plantarles cara. No es cosa de tumbarse a la bartola y a la hora de la verdad llamar a gritos al vecino para que te saque las castañas del fuego.

El 'socorrista' de Europa siempre ha sido Estados Unidos. Pero, por lo visto, eso era antes, hasta hace bien poco, justo hasta que míster Trump juró el cargo como Presidente y pidió a Dios la bendición para los Estados Unidos de América. No tardó en acabar la fiesta presidencial, y el yanqui ya estaba avisándonos con esa fuerza bruta de las fieras corrupias que el libro del Apocalipsis presentó al mundo para meterle miedo. Y míster Trump lo ha conseguido. Aprisa han corrido los correspondientes de cada país europeo a reunirse en Bruselas para ver cómo templan la furia de la bicha americana. Urge hacer caja para invertir en Seguridad y Defensa, aunque esto no es algo que debiera habérnoslo tenido que decir míster Trump. Llevamos décadas con jueguecitos de nenes buenos, desasnándonos, descarbonizándonos, desmilitarizándonos, descolgando crucifijos y descasándonos con todo cuanto pudiera oler a rancio y naftalina. Porque Europa tenía que ser lo más sostenible, lo más verde, lo más sensible, lo más de lo más..., sin caer en la cuenta de que fuera de Europa son muchos los que hace tiempo que nos miran con ojos raros.

La situación es cuando menos inquietante. No nos engañemos. El universo Disney nos ha alejado de la realidad y ha tenido que llegar míster Trump para hacernos ver que los gigantes y lobos de este mundo, ni son de peluche, ni son de fiar. Que nadie espere ver llegar a las fieras sonriéndonos con disimulada inocencia desde la cima azul de la colina. En los gráficos del gasto militar de los países de la OTAN, España está a la cola. La paz y seguridad de este país comienza por invertir debidamente en lo que, llegado el caso, saldrá a defendernos. Sin Cultura de Defensa y 'roñoseando' presupuesto a las Fuerzas Armadas, estamos alimentando las ganas de ataque de los monstruos.

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lagacetadesalamanca Mister Trump