La inmigración está ya aquí

El problema se plantea en la integración social de los inmigrantes, que no es ni sencilla ni fácil

Domingo, 23 de febrero 2025, 08:12

El INE acaba de anunciar que la población residente en España supera ya los 49 millones. De esos, casi nueve millones han nacido fuera de España y 2,5 millones ya se han nacionalizado españoles.

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Desde un punto de vista estrictamente demográfico la inmigración es buena para España. El problema se plantea en la integración social de los inmigrantes, que no es ni sencilla ni fácil.

La mayor proporción de nacidos en el extranjero se da en las edades 25-39 años, donde más del 30 % de los residentes en esas edades han nacido fuera de España, y hay provincias, como es el caso de Lérida, que en esas edades los nacidos en el extranjero llegan al 40 %. Estos números ayudan a entender otros. Por ejemplo, que del medio millón de nuevos puestos de trabajo creados en España en 2024, el 40% fuera ocupado por personas nacidas en el extranjero, según datos de la Seguridad Social.

La reticencia hacia la inmigración no hace más que crecer en Europa, donde se está apostando por parar la inmigración. Y se hace desde posiciones políticas que hace tiempo que dejaron de ser marginales. Da igual el país al que se mire.

En cualquier caso, la inmigración procedente de Latinoamérica es acogida en España con más afecto. Así es –según el analista Josep Martí Blanch - «por cuestiones culturales, religiosas y de hermanamiento histórico, más generosa que con el proveniente del mundo musulmán. La teoría de la gran sustitución se aplica peor con quienes compartes lengua y referentes de muy diferente índole. Vox siempre será mucho más agresivo con el argelino o con el marroquí, que con el colombiano, el venezolano o el peruano. Pero el final del camino, como ni somos ni mejores ni peores que el resto de los países europeos, va a ser el mismo. Entre otras razones, porque no estamos haciendo nada diferente a lo que ya sabemos que no da resultado: cruzarse de brazos».

Tal como están las cosas y viendo lo que se nos viene encima, el asunto de la inmigración bien podría alcanzar un pacto de Estado que evitara males mayores, pues el futuro nos advierte de que no hay sociedad que resista una transformación de tal calado sin que se creen resistencias sociales antes la «amenaza» que significa la cifra de los venidos de fuera. El INE, año tras año, no hace más que recordarnos que caminamos hacia ese escenario -si no es que ya estamos en él- sin hacer absolutamente nada para evitar una confrontación indeseable entre «propios y extraños».

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