Secciones
Destacamos
Estás harto. Lo sé. Puede que no sólo estés harto, si no que, además, estés indignado, agotado, descreído… Vamos, que estés hasta el moño (y lo dice un calvo).
La situación política en España no es para menos. Si pensabas que iba a echar más leña en el fuego, a crisparte aún más, a seguir haciéndote cabrear (yo con verdades, no como otros) … Te confundes. Hoy no. Ya tenemos bastante. Porque tú estás muy cansado, pero yo también. Porque estar de mal humor agota y consume y nos merecemos un respiro. Por eso, solamente por eso, quiero decirte que tú y yo tenemos mucha suerte. A ver, te explico los motivos por los que tenemos suerte.Tenemos mucha suerte porque nosotros dos vivimos en Salamanca (si no vives aquí, no sé a qué esperas). Mira, vivimos en una ciudad limpia, bonita, cómoda y culta. Una ciudad donde podemos ir por la calle saludando a conocidos y soltando por doquier eso de «Hola Manolo y compañía». Una ciudad donde para ver a los amigos no hace falta abrir un Excel, un grupo de whatsapp, llamar a un organizador de eventos y pedir un crédito en el banco. Una ciudad que torna en dorado al atardecer por el brillo de los muros de nuestra piedra tan endeble gritando al mundo en silencio que vivir aquí es oro puro.
Tenemos suerte de vivir en España. Un país tan grande que inventamos el helicóptero y el chupachups. Que seguimos siendo Quijotes, Lazarillos, Mortadelos y Colones. Más que un país tenemos un buffet libre de paisajes, con la eterna meseta, las playas que nos envuelven, el verde empinado de nuestras montañas, y el mar o la mar.
Un buffet libre de cultura, de tradiciones, de arte y, por supuesto, de comida. De tapita un buen jamón (ibérico si se puede) y un poco de fuet, de primero un gazpacho o una sopa de ajo (depende del calor que haga, claro), de segundo un ternasco, un cachopo o un sukalki y de postre (y aquí es cuando mi diabetes me hace sufrir) una torrija, unas roscas de yema, una tarta de Santiago…
Y tenemos suerte de vivir en Europa. Con nuestros derechos y libertades. Sin sufrir guerras o bombardeos. Con capacidad para exponer nuestra opinión. Tú y yo tenemos suerte. Y quiero que te quedes con eso. Que te relajes, que sonrías, que pienses que no estamos tan mal.
¿Lo has hecho? Me alegro. Pues acuérdate de repetir este ejercicio durante los próximos cuatro años. Te va a hacer falta.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.