Ya sabes lo que dicen, sarna con gusto no pica. En realidad es una tontería, no es verdad, es falso. Picar, pica igual, pero oye, compensa. Te lo cuento porque ahora mismo me tienes delante del ordenador con la garganta en carne viva, con una voz, casi ausente, de fumador empedernido y un ojo deseoso que se me va hacia la cama.
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Pero no me arrepiento. Ni un poquito. Nada de nada. Estoy hecho polvo por animar ayer al Real Madrid. Fíjate que al final, en estos tiempos tan oscuros que estamos viviendo, en un momento en el que si pones las noticias en la tele sufres una bofetada de vergüenza ajena que te remueve, en un país secuestrado por corruptos y prófugos… Siempre viene mi Madrid al rescate.
Me encanta leer, el teatro, las exposiciones de arte… Pero quiero hoy, aquí, darle al fútbol el lugar que se merece. Porque parece que ahora está bien visto eso de denostar el fútbol, de mirar por encima del hombro a los que dedicamos nuestro tiempo a ver a 22 personas en pantalón corto dando patadas a un balón. Y no es justo. No lo es.
El fútbol es precioso, es un sentimiento que compartimos millones. Personas que, a priori, no tienen nada en común, se abrazan sin dudarlo cuando su equipo mete un gol. Sales de tu país y puedes encontrar en el fútbol un tema de conversación con personas de otra religión y cultura.
¿Me aporta algo el tiempo que dedico a ver partidos? Mucho, no lo dudes. Me aporta ver a mis amigos, me da ilusión por ganar títulos, me permite estar dos horas sin pensar en el Gobierno, en el trabajo, en los problemas, en las facturas… Dos horas de desconectar y relajarme. ¿Te parece poco? Vale, igual a ti no te gusta el fútbol, pero puede que te guste ver las series turcas, o salir a ver obras por la calle, o coleccionar sellos, o… lo que tú quieras. Todos tenemos esos pequeños vicios que nos da vergüenza confesar y que nos dan nuestros ratitos de desconexión.
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Soy madrileño (sí, nacer nací en Madrid), pero más que madrileño soy madridista. Si tú eres de otro equipo no pasa nada, no podías ser perfecto (permíteme la broma que estamos ya en confianza después de tantos años por aquí) y pienso seguir disfrutando de los partidos con Tchuameni, Camavinga, Vinicius… No sé si el domingo celebraré que también ganemos al Barça (creo que sí), pero el buen rato con amigos no me lo quita nadie.
¡Hala Madrid!
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