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Siempre me gustó que se promocionara a Salamanca con esta frase. Más que nada porque las dos cosas son verdad y la verdad es algo que nos conquista o, al menos, es lo que debería pasar. Ojo que digo esto en periodo electoral. Ahí queda eso.

Hace años vino a visitarme una amiga peruana y me comentaba que le sorprendía lo limpia que estaba la ciudad. Como todas, pensé, lo normal vamos. Pues no, error, mal dicho. Salamanca está mucho más limpia que la mayoría de las ciudades, pero, por desgracia, los que vivimos aquí no lo apreciamos, y hacemos mal. ¿Has paseado alguna vez por la ciudad a las nueve de la mañana el día después de la Nochevieja Universitaria? Ni rastro de la fiesta. La Plaza está más limpia que nunca a pesar del follón y, los que salieron anoche nos cruzamos con los que nos levantamos hoy. Puede que ambos con caras somnolientas con anhelo de la cama, pero eso ya es otra historia.

Una persona que conozco me comentaba que ella no sabe nada de política, pero que ella había votado a Carbayo porque «la ciudad está bien y limpita», y es que lo está. Vale, el alcalde es el responsable último de todo lo bueno (y lo malo) que pase en nuestra ciudad, pero creo que es de justicia reconocer el mérito de los servicios de limpieza que tenemos. En su día te comenté que el barrendero de mi barrio es una persona cercana y agradable, pero es importante decir que lo tiene todo como los chorros del oro.

Y aquí me voy a meter en un charco, que ahora que ha vuelto a llover un poco (menos mal) hay algunos. Es curioso lo que protestan algunos de lo que ensucian los perros, de los guarros que son los dueños de los perros… Claro, los que no tienen perros. Sí, hay gente que es cochina, que no limpia lo que deja su perro. Son una inmensa minoría y a los que más nos duele es a los que sí nos encargamos de recoger el 'regalito'.

Por cierto ¿de verdad que soy el dueño de mi perro si tengo que hacer eso? No ¡lo que soy es su mayordomo! Los que sí son una inmensa mayoría son los fumadores que van por la calle y tiran la colilla al suelo. Pero de eso no hablamos, eso a ellos no les parece importante, no tenemos carteles por la calle de prohibiciones. Que Salamanca sea una ciudad limpia es una labor de los equipos del Ayuntamiento, pero facilitar que lo sea es algo en lo que todos podemos ayudar. Pequeñas acciones que suman. Yo recojo la caca de mi perro, pero tú no tires tu colilla o chicle al suelo. Cosa de todos, pero todos eh.

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lagacetadesalamanca Salamanca, culta y limpia