Campanas de la discordia

Fue ayer. ¿Te has enterado? ¿Te ha molestado? ¿Ha supuesto un trauma incalculable que te vaya a hacer penar por las calles? No lo creo. Y si te ha molestado, es una vez al año. Otras veces me tengo que aguantar yo por ti, y no pasa nada.

Ayer fue la Nochevieja Universitaria y cualquiera que se metió en su casita a una hora prudente, y ha salido a la calle después de que amanezca, puede que se esté enterando ahora.

Es una fiesta que tiene los mismos defensores que detractores. Los hay que dicen que no es bonito que los jóvenes vengan a Salamanca sólo a beber y salir de fiesta. Que deja una mala imagen de la ciudad. Que molesta a las familias e interrumpe el sueño. Hay gente muy quejica, pero mucho.

Salamanca es una ciudad de todos y para todos. Salamanca no es sólo de los que vivimos aquí, también pertenece a los que vienen a visitarnos. Ojo, que no lo digo yo eh, que lo dice la UNESCO, que por eso nos nombró Patrimonio de la Humanidad. Vale que se refería a todos los monumentos de los que disfrutamos, pero tú me entiendes.

Pero hay mucho amargado, mucho aguafiestas (waterparties que dice mi hermana). Todos estos se dedican a intentar prohibir lo que a ellos no les gusta. Y ojo que nunca he ido a esa fiesta eh, al menos no en el formato en el que se celebra ahora, pero si hay mucha gente a la que le gusta… ¿Por qué la vamos a prohibir? Que la gente disfrute que bastante tenemos con lo que tenemos.

¿Sabes lo malo? Que estos tontos presionan mucho, dan mucho la lata y se quejan mucho. En privado, de forma sibilina, sin dar la cara. Que los tontos no son valientes. Tanta presión han hecho los tontos que al final ha vuelto a aparecer el cartel de prohibido usar el parque de perros de Julián Sánchez el Charro de 23 a 8 horas «para respetar el descanso de los vecinos».

Hay un tonto (o varios) que debe estar feliz viendo el cartel y que cuando pase estará pensando «que se jodan». Si recuerdas ya en su día desde aquí pregunté al Ayuntamiento en base a qué se toma esta medida, pero ni mu, eh. La callada por respuesta. Ojo que no soy el único vecino que ha pedido explicaciones, pero claro como nosotros lo hacemos de modo educado y razonable no les preocupamos. Qué pena.

Sin gustarme la Nochevieja Universitaria, espero que los tontos no fuercen al Ayuntamiento a cargarse esta fiesta. Viendo el precedente del parque de perros, ya lo dudo.