No voy a hablar de Luis Rubiales, ni de su 'piquito', ni de Jenni Hermoso, ni de la madre que parió a Rubiales, que también ha hecho su papel. Hay que dar un paso más ahora que vuelve a ponerse sobre la mesa lo mucho que nos preocupa la igualdad. Ahora que parece, una vez más, que todo está mal y que estamos sometidas a una sociedad que no nos deja vivir. Y que sin las políticas feministas de Podemos no podríamos salir a la calle en libertad sin ser perseguidas, insultadas o agredidas sexualmente por un hombre. Son temas demasiado serios como para banalizarlos. Pero da que pensar que en algunas causas la maquinaria del pensamiento único se entregue por completo y en otras, tal vez más profundas, nadie diga nada.
Publicidad
Me hubiera gustado ver las mismas reacciones cuando la Eurocopa de España se 'vendió' a Arabia Saudí o cuando nadie dijo #SeAcabó al Mundial de Fútbol en Qatar, donde no se respetan ni los derechos LGTBI ni mucho menos a las mujeres. Y nos repiten que los millones del Ministerio de Igualdad, hasta 560 anuales, nos salvan cuando las políticas que ponen en marcha no han conseguido reducir el número de mujeres asesinadas.
Agosto ha sido un mes negro con una de las cifras más altas de los últimos 12 años. En todo 2022 fueron asesinadas 49 mujeres. Este año, hasta agosto, han sido 40; una de ellas en Béjar hace tan solo dos días. Hay registros desde 2003 pero la media, en torno a 50 mujeres al año, no ha variado. Hay un ministerio, en exclusiva, dedicado a recudir esa maldita cifra, pero no funciona. Y esto no es ideología, son datos. Más allá de avances conceptuales, de cambios en terminologías, de gastos en infinidad de asociaciones… poco más. Siguen siendo asesinadas medio centenar de mujeres al año... ¿Lo que falla es por un problema de concienciación, de compromiso, de ausencia de campañas coherentes y menos politizadas?
Después de tanto tiempo, por fin han vuelto las manifestaciones. La última fue por la sanidad pública, más bien contra Ayuso, en Madrid. Ahora han vuelto a salir a la calle, esta vez contra el 'ex capo' del fútbol español, con permiso de Javier Tebas y Florentino Pérez. A pesar de la cantinela durante más de siete días por todas las vías posibles de comunicación, el gobierno de coalición sólo consiguió reunir a un grupúsculo de personas con pancartas moradas. Y en medio, dándose codazos por salir las primeras en las fotos para los periódicos del día siguiente estaban Yolanda Díaz e Irene Montero. La flamante vicepresidenta en funciones quiere quedarse con el chiringuito de Montero. Y los casi 600 millones de presupuesto. Tiene una afición desmedida por ser el perejil de todas las salsas. Allí estaba demostrando su apoyo a Jenni Hermoso un cuarto de hora antes de que lo hiciera la propia ministra de Igualdad en funciones. Que con todo su cuajo reivindicaba la ley por la que ha sido mandada al rincón de pensar. Una ley que todavía no sabemos si por soberbia o por ignorancia no quisieron cambiar a tiempo y provocó que 1.127 agresores sexuales salieran beneficiados y otros 115 excarcelados, hasta el momento. Y eso sí, ni un amago de dimisión, ni una petición por parte de los centenares de asociaciones feministas que son regadas con la partida presupuestaria.
Pero en la carrera por ser la más defensora de los derechos de las mujeres también estaban las socialistas Reyes Maroto y Pilar Alegría. Les recuerdo que Maroto era ministra de Industria, Comercio y Turismo, que Pedro Sánchez la mandó a las elecciones municipales de Madrid, a un precipicio sin red y que sólo le ganó a su propio predecesor, el seleccionador de baloncesto Pepu Hernández. No encuentro una manera más machista de anular a una mujer que encabezaba un ministerio y que fue sustituida por el amigo del presidente, un desconocido Héctor Gómez.
Publicidad
Pues allí estaban todas, azuzando a decenas de personas y buscando las cámaras y los micrófonos y competir por ver quién salía más veces. Todas compartían unos escasos metros cuadrados pero tuvieron la gran habilidad de no juntarse, ni una foto juntas.
Ni siquiera las de Sumar con las de Podemos, que son lo mismo. Tampoco se juntaron las mujeres del propio gobierno de coalición que pretenden reeditar. No quieren ni verse. Eso también es 'marca feminista'.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.