Ahí está, viendo pasar el tiempo; como la Puerta de Alcalá, pero desde hace mucho más. Por el Patio de Escuelas han pasado infinidad de rectores. Presididos por don Miguel, los más antiguos contemplan intranquilos cómo van siendo desterrados de la sala de retratos para dejar espacio a los más recientes. La última incorporación, sólo hace ocho días: María Dolores Gómez Molleda, única mujer que había desempeñado el cargo hasta el día de la presentación de su cuadro, ya hace más de cuarenta años.
Publicidad
Aunque a casi nadie le sorprendió que lo hiciera, muy pocos sabían que Ricardo Rivero iba a aprovechar ese acto para comunicar su decisión de colgar la muceta negra; de renunciar al oficio de rector sin dar demasiadas explicaciones. Tampoco podíamos imaginar que, en sólo seis días, la Universidad de Salamanca fuese a tener tres rectores diferentes. Al fin y al cabo, hace mucho que sólo un nombre sonaba para la sucesión; tanto, que el proceso electoral que ayer se desencadenó bien podría convertirse en un día –más– de la marmota, propio de una vieja institución que va arrastrando los pies por el camino de la divina burocracia. Por eso, me pregunto qué problema puede haber en la organización de un protocolo preestablecido para cumplir con un acto debido.
A la vista de la velocidad con la que fluyen los acontecimientos, no descarto que estas líneas envejezcan antes de publicarse. No obstante, contemplemos los asuntos de esta casa con cierta perspectiva, no vaya a ser que la rana de la fachada solicite un siglo sabático para recuperarse de tanta emoción. De momento, convendría que los protagonistas del cambio valoren que el ceremonial aproxima al rector mucho más a un rey que a un presidente, pero que no dirige los destinos de una monarquía, sino de una república.
Se abre ahora un periodo que el propio Rivero anunció tan breve como fuese posible. En idéntico sentido se expresó el pasado miércoles el vigente rector accidental –correo electrónico y busto parlante–, minutos después de asumir el cargo. La Junta Electoral, garante de la grave tarea de ordenar el proceso conforme exigen las normas y la democracia, ya ha dicho que habrá elecciones, probablemente, la segunda quincena de mayo. Muchos años dediqué a la gestión universitaria y creo saber cómo es una campaña. Ni borracho reincidiría, pero anotado quedó todo en mi cuaderno de bitácora. La experiencia es madre de todas las ciencias. Voy a por las palomitas.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.