¿Qué tienen que ver la sequía y las restricciones de agua, la amnistía para los golpistas del «proces» en Cataluña, la Cumbre Europea que tuvo lugar ayer en Bruselas y las tractoradas y protestas de los agricultores y ganaderos que se han generalizado en ... distintos Estados miembros de la UE, incluida España? Pues así, a bote pronto, parece que no mucho. Sin embargo, hay un elemento común a todos estos hechos, que es la falta de contacto con la realidad que tienen los gobernantes y algunas «élites». Por partes. La sequía se ha cebado especialmente con Cataluña y con Andalucía, entre otras zonas de España.
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Las restricciones de agua en las cuatro provincias catalanas han llegado para quedarse, salvo que llueva y nieve mucho en los próximos meses. Como no suceda eso, los que viven en esta comunidad sufrirán cortes de agua un día sí y otro también.
Ya no hablo de los riegos, sino de abrir el grifo y no tener abastecimiento ni para boca, ni para asearse. Llegados a este punto habría que preguntar si los ciudadanos afectados se van a lavar con la independencia. Porque los sucesivos Gobiernos autonómicos en manos de los separatistas han estado en su realidad del 'procés' y se han olvidado de la gestión de los problemas cotidianos. Y ahora no hay solución a corto plazo para aliviar las penalidades que ya están aquí.
Mientras tanto, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reunieron ayer en Bruselas en una nueva Cumbre Europea, con el campo levantado contra la PAC, contra las imposiciones de los eurócratas y contra la aplicación de todo lo anterior en los diferentes Estados miembros. No recuerdo una oleada de movilizaciones tan importante y tan generalizada en los últimos cuarenta años. Llegados a este punto cabía suponer que los máximos mandatarios se iban a poner manos a la obra y, por lo menos, analizar lo que está pasando. Lamentablemente no fue así y estos dirigentes perdieron la oportunidad de coger el toro por los cuernos, estudiar las causas y buscar soluciones. Sin embargo, nada de lo anterior se hizo.
Nos encontramos con los jefes de Estado y de Gobierno, por un lado, y los eurócratas por otro, que viven alejados de la realidad y que han sido incapaces de modificar el orden del día de una reunión como la de ayer. Y eso que están afectados por las protestas, Grecia, Rumanía, Polonia, Hungría, Alemania, Francia, Bélgica, los Países Bajos, Portugal y España. ¿Qué debe pasar para que los dirigentes europeos tomen conciencia de la gravedad de la situación? Buena pregunta para la que, de momento, no tengo respuesta. Dicho lo anterior, en nuestro país, Luis Planas busca hoy la foto con las organizaciones agrarias reconocidas, que se han visto desbordadas por los acontecimientos. Se la darán. Ya de paso podrían preguntar al ministro por qué no ha cumplido con la mayoría de las promesas de hace cuatro años, durante la anterior oleada de movilizaciones, que solo acabaron con la llegada de la pandemia.
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