Aviso: escribo desde Menorca, isla que estuvo bajo dominación inglesa, en la que su influencia es muy grande y en la que LA GACETA tiene fieles lectores salmantinos. Y escribo sin que el «gin», bebida muy menorquina, se haya apoderado de mí. Soy también fiel lector de la GACETA, como no podía ser de otra forma, y ayer me llamaron la atención dos noticias, dos, y una foto, una. Comenzando por esta última, remito a la página 20. Hace falta tener mala «milk» (luego lo explico), para sacar ese «retrato» de Teresa Ribera durante su intervención en el Congreso de los Diputados: mano amenazante, cara desencajada y boca todavía más. Perdón por la comparación, pero parece un «miura» a punto de arrancarse. Leí lo que decía el texto, pero casi sobraba, porque su pose, con esa fiereza tan suya, lo decía todo. ¡Qué miedo! Una Teresa Ribera que, por cierto, no ha tenido empacho en reconocer que no recogerá su acta como eurodiputada, porque quiere continuar en el Gobierno hasta que se marche a Bruselas como comisaria. Para responder a las críticas recibidas ha dicho algo así como «no sé de qué se extrañan, porque lo habíamos dicho desde el principio». A ver, señora esposa de Bacigalupo, es verdad que solo han hecho lo que ya habían anunciado, pero no por eso es de recibo que la persona que ha encabezado las listas al Parlamento Europeo por el PSOE renuncie al acta de eurodiputada sin llegar a tomar posesión. Se mire como se mire, hay un cierto fraude.

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La segunda noticia es la «milk». Remito a la portada y a la página 6. En ambas se da cuenta de que se celebra el congreso Salamanca «Tech Summit». Al acto de inauguración acudieron entre otros el «mayor» Carbayo y el rector (menos mal que aquí coincide) Corchado. Está muy bien eso del nombre en inglés para un congreso o acto de cualquier tipo, pero siempre y cuando se celebre en «London», pero es que tiene lugar en Salamanca. No me cansaré de repetir hasta la saciedad, aunque sea una batalla perdida de antemano, que el principal patrimonio de España es su lengua o idioma, como se prefiera, que para más inri es el castellano, es decir, el de nuestra tierra. Por eso no entiendo muy bien que tiremos piedras contra nuestro propio tejado y se utilice el ingles a «troche y moche» (por cierto, animo a buscar si esto tiene traducción a la lengua de «sespir»). Insisto, al paso que vamos, y si no se pone remedio a esto, cualquier día la ciudad terminará siendo London en lugar de Londres. ¡Qué necesidad! Y venga a perjudicar y a hacer de menos a nuestro patrimonio más importante.

La tercera noticia es la de «apertura» del periódico: «Mañueco rebaja medio punto (quizás «point» para los modernos) el IRPF a todos los contribuyentes de la Región». Loado sea nuestro señor presidente de Castilla y León por esta medida. Nunca se lo agradecerán lo suficiente los sufridos contribuyentes, aunque el recorte nos parezca escaso. Y es que «menos da una piedra». Así que «thanks, mister Mañueco».

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