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Escena primera: LA GACETA de Salamanca. No he encontrado mejor y más completo análisis de lo que he pasado a denominar como el «Paquete de Sánchez», que el publicado ayer en este periódico y firmado por Carlos Rincón. No se puede decir más, de forma más clara y con menos palabras que en esa columna. Recomiendo su lectura para tener la situación clara. Y es que el marido de Begoña, en una jugada que el compañero Carlos califica de prestidigitación, ha preparado junto a su equipo «un paquete», o mejor dicho «su paquete», de enormes dimensiones y en el que, bajo la forma de Real Decreto Ley, se recogían todo tipo de medidas y actuaciones de lo más variopintas. El problema está en que con ello se obligaba a votarlas en su conjunto. Los catalanes de Junts no ahorraron calificativos a la actuación del marido de Begoña, entre ellos el de trilero (tahúr, que dirige el juego del trile, según la RAE) o chantajista.
Escena segunda: Palacio de la Moncloa. Dice un amigo, viejo socialista de los de Felipe González, que ahora ha caída rendido a las habilidades del marido de Begoña, que este último se levanta cada día imbuido de su narcisismo y también del firme propósito de hacer el mal, entendido en sentido amplio. Y digo que ha caído rendido a sus habilidades, porque afirma que Pedro Sánchez es listo, muy listo, para esto de la política más barriobajera, y recuerda a tal efecto como el actual inquilino de La Moncloa y los suyos fueron sorprendidos metiendo papeletas en la urna, justo cuando se decidía quién iba a mandar en el PSOE. Si alguien listo, o muy listo, y sin escrúpulos, se pone a trabajar en una dirección es muy difícil que no coseche algunos resultados. «El marido de Begoña se levanta cada día con el firme propósito de hacer el mal y no solo contra el PP, sino también contra los que le están apoyando. Y a esto dedica gran parte de su jornada laboral». Y eso explica, añado yo, la preparación del «Paquete de Sánchez» durante varios meses. Ahora, cuando no ha salido, culpa a los que se han opuesto de todas las maldades habidas y por haber.
Escena tercera: Davos y Washington. En la ciudad suiza el marido de Begoña ha planteado sus medidas para acabar con el anonimato en las redes sociales. Y lo ha hecho justo a las pocas horas (ni antes, ni después) de que Trump, apoyado por algunos magnates tecnológicos, se haya vuelto a encaramar a los mandos de la Casa Blanca. Mientras tanto, este último, por error, o de forma consciente, ha metido a España dentro de los países BRICS o en desarrollo, que son candidatos a aranceles. Además, también ha sacado adelante, durante estas primeras jornadas de mandato, su primer gran «paquete» de medidas de todo tipo y condición. Visto lo visto, tanto el uno, el marido de Begoña, como el otro, el esposo de Melania, pretenden gobernar a base de sus «paquetes», ósea por …, aunque muy democráticos.
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