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Hay cuatro veces más marroquíes que salmantinos en España. Lo dice el Instituto Nacional de Estadística (INE) que indica que la migración marroquí en España ha alcanzado un hito demográfico: con más de 1.100.000 residentes. La población de origen marroquí cuadruplica la población que vive en la provincia de Salamanca. Solo son datos, pero muestran que el ecosistema demográfico ha cambiado de forma radical.
A este nuevo escenario hay que adaptarse al más puro estilo Darwin. Siempre hay que aclimatarse al contexto en el que uno está. Sobrevivir pasa por seguir las normas del reputado científico. Por un lado, vemos un mundo globalizado en donde cerrar las fronteras a cal y canto no es posible. Queremos que nos manden una funda de móvil desde China por 1.73 euros, pero ni de coña permitimos que vengan extranjeros a trabajar a nuestro país. No, no funciona así. Si se está en la aldea global, se está con todas las consecuencias. No obstante, tampoco es de recibo que esto sea Disneylandia para muchos delincuentes que aprovechan los corredores migratorios de gente buscando un futuro mejor para colarse y sembrar el pánico.
Las estadísticas son claras y apuntan a que casi el 60% de los españoles sostiene que hay 'demasiados' inmigrantes en España y el 75% los asocia a conceptos negativos. Lo que sucede es que queda muy bien en el discurso progre que esto es una bravuconada de Vox. No, se equivocan. Esto es algo que preocupa a votantes de todos los colores, lo que pasa es que los simpatizantes de Podemos no lo pueden decir abiertamente, ya que de lo contrario no les dejan entrar en la Taberna Garibaldi (tasca en Lavapiés que ha abierto Pablo Iglesias y unos colegas).
España, por su situación estratégica en el mapa, tiene que medir muy bien su política de inmigración, debido a que es la puerta a Europa de la droga y de inmigrantes. Y a todo esto hay que sumarle que hemos vendido nuestra alma como país a Marruecos y desconocemos qué causas nos empujan a rendir esta pleitesía al Rey marroquí y compañía. Algún día lo sabremos.
Yo en esa estadística diría que no hay 'demasiados' inmigrantes, ya que todo el que venga a sumar bienvenido sea, lo que sí sostengo es que nos han colado a miles y miles de delincuentes y gentuza variada. De eso sí que tenemos demasiado. Necesitamos gente con ganas de trabajar y prosperar en nuestro país, pero por desgracia se cuelan por la rendija del buenismo político un sinfín de personajes que, además de delinquir, se aprovechan de un Estado que de bueno es tonto.
Opinar, hablar o pronunciarse sobre esta situación es muy peligroso y es que a la mínima te van a encasillar y corres el riesgo de que te tachen de racista. Yo de racismo tengo poco. Yo no quiero delincuentes en mi entorno, ya sean más salmantinos que el hornazo o hayan nacido en Tánger, Rabat o Etiopía.
Hay que darle una vuelta a esto. Nuestra política de inmigración no puede beneficiar a las mafias que se lucran introduciendo a gente en nuestro territorio y perjudicar a los inocentes que sí vienen en busca de refugio al país. Muchos países del primer mundo tienen estos problemas con la inmigración, pero es que percibo que en España están abiertas las puertas de par en par en comparación con otras naciones. La inmigración es un tema que preocupa mucho a los españoles y no se le destinan todos los recursos necesarios para controlarla y sin embargo nos regatean haciéndonos hablar todo el día de estupideces que no nos cambian la vida en nada.
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