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Se baten estos días nuestras queridas autoridades desde distintos ámbitos y lugares en una guerra por ofrecernos el más maravilloso paraíso fiscal. “Implantaremos la fiscalidad ... más baja de la historia” nos anunciaba hace unos días muy orgulloso el presidente de nuestra comunidad, unos días antes de exigirle al Gobierno central más medios para paliar los daños que produjeron este verano los incendios, unos daños que hubieran disminuido si el gobierno de nuestra comunidad hubiera invertido en esas medidas de prevención que aconsejaban los técnicos. “Convertiremos nuestra comunidad en la región donde menos impuestos se pague de toda Europa” le contestaba otro desde otro lugar. Parecen feriantes con megáfono anunciándonos sus increíbles y colosales rebajas. Me pregunto si no se estará haciendo de nuevo necesario en estos días, por muy obvio que resulte, recordar que el salario de ese médico que nos atendió aquella tarde que nos acercamos a urgencias con un dolor terrible en el costado y la posterior radiografía, lo pagamos contribuyendo con nuestros impuestos. Lo mismo que la habitación en la que ingresamos, la operación, el tratamiento, las enfermeras que nos atendieron y las medicinas que ayudaron a curarnos. Unos gastos que la mayoría de nosotros no podríamos afrontar de otra forma.

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lagacetadesalamanca Feriantes con megáfono