Feliz Navidad y a seguir remando
Jueves, 19 de diciembre 2019, 04:00
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Jueves, 19 de diciembre 2019, 04:00
En el corazón de nuestra Salamanca, en la confluencia entre la calle Azafranal y la Gran Vía, está el Monumento al Empresario. Siempre que paso ... por allí un regusto de nostalgia aletea en mi cabeza. Quizás es porque al contemplarlo, cándido de mí, quiero ver en él un reflejo del Atlas que sostiene el mundo frente al Rockefeller Center de Nueva York.
Ayn Rand escribió en su novela “La rebelión de Atlas” unas palabras que todos tendríamos que llevar grabadas en la memoria: «Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada».
El caduceo de Hermes ha sido sustituido por las directrices del BOE, el actual generador de empleo en España. El resultado es el esperado, la rueda ha dejado de girar. Y es que en este país sufrimos de una dolencia crónica; la estigmatización de la iniciativa privada.
El modelo de empresario español no tiene yates, ni se enciende los puros quemando billetes. El empresario que predomina es el humilde autónomo, un tipo que se levanta a las seis de la mañana, que no tiene vacaciones, que curra más horas que un reloj, que lucha todos los días por llegar a fin de mes y poder poner un plato en la mesa de su familia y, quizás, un jornal en los bolsillos de un puñado de currantes. Si navegar con este temporal no es ya suficiente problema ahora las huestes del socialismo traerán nuevos huracanes: subidas desorbitadas de las cuotas de los autónomos, del impuesto de sucesiones y donaciones, del IRPF, del IVA; penalización del ahorro y cuantas nuevas excusas con forma de impuestos se les antojen. Que no les engañen; los “ricos”, a los que tanto cacarea la izquierda que hay que ajustarles las cuentas, somos todos; la mal llamada clase media.
Y así, ¿quién va a crear empleo en España? ¿Quién va a arriesgar un capital, que quizás no tenga, para prosperar? En este país se diezma la iniciativa privada y se convierte a los ciudadanos en adictos al Estado. Con este panorama nadie en su sano juicio tiene bofes para emprender, como atestiguan la gran cantidad de locales vacíos que hay en Salamanca. Somos reos de un futuro que nosotros no hemos decidido.
Les deseo que tengan una feliz Navidad, esperemos que el año próximo sea clemente con nosotros.
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