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Entrar en septiembre es como pasar de pantalla, en el lenguaje contemporáneo, o de entrar en un nuevo año. Y el Rey Emérito lo hace ... con tuberías renovadas gracias al triple bypass de un cirujano salmantino, Alberto Forteza, después de una semana en la que poceros y fontaneros me han confirmado que Salamanca flota. Juan Gabriel Sánchez, nieto del escultor Sánchez Calzada, y Araceli del Teso lo hacen estrenando estado civil tras casarse hace unos días aquí, pero viviendo y trabajando a doscientos kilómetros de Salamanca. ¿Les suena? Felicidades. Puede que se haya ido un poco más lejos José González Bonilla, al que se conocía como Pepe “Palacios”, igual que a su hijo. “Palacios” por el taller de bicicletas que su padre abrió hace ahora 109 años, un nombre comercial que provenía del segundo apellido: González era muy “corriente”. Durante décadas alquilaba bicis a los currantes salmantinos –llegó a tener 340 alquiladas—adelantándose a estos tiempos, era un estupendo “manitas” e imaginativo, como demuestra su bici-escalera expuesta en el Museo de Historia de la Automoción. Se nos ha ido sin decir ni ay a los 93 años en una residencia, querido por los suyos y de alguna manera lo echaremos de menos, como sería justo recordarle en la próxima fiesta de la bicicleta por sus años de apoyo a ella. También es posible que Cayetano Martínez de Irujo haya ido más lejos con sus memorias –“De Cayetana a Cayetano”—que salen este miércoles a la venta. Unas memorias que insistirán en que el dinero, los palacios, los títulos nobiliarios, los caballos o el hacer lo que uno quiera cuando le de la gana no da la felicidad, por más que abran las puertas al sexo, drogas y rock and roll. ¿Les suena? Lo contaba Orson Welles en “Ciudadano Kane” aunque de otra manera. Tengo curiosidad por leer qué dice de Salamanca, que fue uno de sus territorios de “caza”, como es conocido. De lo que no cabe duda es de que el golpe familiar va a ser gordo, pero tampoco esperen un terremoto como cuando se abrió el testamento de la Duquesa –y se conocen—como tampoco la tengo de que aquí van a disfrutar mucho de estas memorias los que tenían a Jesús Aguirre en el punto de mira.
Mientras llega el libro del noble y jinete seguimos avanzando en un curso acelerado de intoxicaciones alimentarias: no conforme con la listeriosis fuimos a por la salmonela y ahora ha sido el botulismo. Aún queda intoxicaciones por recorrer, aunque personalmente me plantaría aquí y no iría más allá teniendo en cuenta que tenemos las fiestas encima y no se trata de mirar todas las tortillas de patata de reojo, ni de ponerle caras raras a la ensaladilla porque lleva atún ni de hacerse vegano de la noche a la mañana. Pero quizá sería bueno preguntarse si tenemos los controles y controladores necesarios, organizados y equipados.
El caso es que el nuevo año/ curso nos trae al actor, modelo e influencer salmantino Álvaro Mel como nueva cara del marketing de la Caja Rural, se nos anuncia que veremos por fin a nuestra Guadalupe Lancho enfundada en la piel de Sara Montiel en nuestros escenarios, igual que tendremos cita con el Café Teatro y quizá con nuestro Raúl Prieto encarnando a Akenaton en “Hereje” y en versión original, o sea, que hay que refrescar la lengua de los faraones, o a Mari Mar Basas en “Lo veo por todas partes”, que está en el Lara madrileño. También me gustaría ver lo nuevo de la actriz Eugenia Manzanera, que acaba de estrenar en Ciudad Rodrigo, y leer lo que está rematando Luciano González Egido. Y naturalmente, la peli unamuniana de Amenábar. Se tiene que notar el paso de pantalla o nuevo año.
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