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Siempre me ha puesto enfermo que los políticos se refieran a España como “un proyecto”, pues hace falta ser destripaterrones para desconocer o directamente despreciar ... nuestra vasta y riquísima Historia como nación, y de paso hacernos creer que lo tenemos todo por hacer y que necesitamos otro país.
Según esta panda de desalmados que nos gobierna, vivimos en una inclusa llamada España en la que hay que estar “redactando” ley sobre ley y sobre ley. Ministro que llega, ministro que quiere su ley (mamá, soy ministro), como la nueva LOSU, promovida por un tal Joan Subirats, titular de Universidades y a quien conocen en su casa como a tantos compañeros suyos en el Consejo de Ministros, o lo que sea ese guirigay que monta Pedro Sánchez a sus pies con sus enemigos íntimos de Podemos y sus fieles adoradores socialistas. España es una de las economías más potentes del mundo, actualmente la decimosexta por su PIB, pero resulta que somos “un proyecto” según los merluzos (y merluzas) de nuestros representantes, que están, muchísimos de ellos, inmersos en cruzadas tan estúpidas y socialmente tan peligrosas como la lucha de géneros, la paridad (que vendrá de parida, otra más) y un feminismo que de puro rancio huele que apesta. Entre Podemos y las feminazis han conseguido que odie el color morado, me da auténtica grima. Ni todos los campos de lavanda de la Provenza me suavizan el temor al morado, del que sólo me quedaría con el “Purple Rain” de mi amado Prince. España, un gran país gracias a su mayor recurso natural, que no es otro que los españoles -Rafael del Pino incluido- , no puede a estas alturas de Civilización andar con estas gilipolleces en sesión continua; y aún más: no podemos consentirlo por más tiempo, hay que acabar con esta bacanal de caraduras como Irene Montero, Ione Belarra, Rodríguez “Pam”, Yolanda Díaz, “Nada” Calviño y así hasta 22 ministros y ministras a los que nadie conoce ni sabe para qué sirven más allá de anunciar que la masturbación ya no es pecado. El resto, la guerra en Ucrania (un Stalingrado en pleno siglo XXI), la crisis económica que viene como un tsunami, la inflación que nos asfixia, la dependencia energética, la corrupción educativa... no son noticia en España, who cares? Más le valdría al Gobierno (y que se sumen el PP y Vox) empezar a entender cómo está de confuso el mundo, volátil, incierto, complejo y ambiguo, el conocido entorno VUCA (acrónimo en inglés), Pero no, ellos al insulto y a España como “proyecto”. Sí, exacto, pero como proyecto Frankenstein.
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