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UN niño camina solo con el llanto entrecortado en la misma dirección que una hilera de gente con un solo objetivo, llegar a la frontera. ... Pero ¿él sabe dónde va o qué sucede? ¿Qué terrible cuento llevará debajo de su “plumas” de colores? ¿Acaso su capucha es un casco de guerra? Una sencilla bolsa de plástico es su arma de defensa ¿Cómo no va a llorar desesperadamente, si yo con verle soy toda lágrimas?
Ayer fui a hacer mis recados de mañana y miré la ciudad tan hermosa que tenemos. Crucé la Plaza Mayor y me embelesó. Hacía frío, pero iba abrigada, no tenía miedo, ni hambre, ni estaba sola. Mi familia me esperaba con la casa caliente, mis amigos en sus trabajos, en sus casas... De repente una tristeza enorme me llevó a una pregunta ¿por cuánto tiempo? y pensé cómo todo lo que tienes, puede convertirse en polvo de un día para otro. Es la cuaresma del mundo. La enfermedad es personal y luchar por la vida es lo que toca e incluso cuando esta se nubla y nos acecha el final, es un proceso individual. Pero incluso ahí, los que amamos siguen en el camino. Morir es parte del vivir, pero matar nunca debiera ser parte de la vida. La guerra pone todo en las antípodas de lo que se tenía antes de ella.
Llevamos mucho tiempo viendo la guerra de perfil, de reojo o de espaldas, pero esta guerra nos pone frente al espejo y allí aparecen nuestros fantasmas. Occidente no ha hecho los deberes para evitar esto. Seamos serios, Europa ha tenido también mucha culpa en lo que está pasando, no toda tiene que ser del otro y no podemos enarbolar la bandera de la ¡pobre Europa raptada una y otra vez violada por los bárbaros! No me convence, tengo la sensación de ser peón de un tablero en el que mi opinión y la de muchos, no vale para nada. Estamos en guerra y no ha empezado ahora, empezó hace tiempo.
¿Qué nos ha pasado? No estuvimos lo suficientemente atentos a los signos (Covid en Wuhan, Dombass, Crimea,...) o los minimizamos, o simplemente miramos a otro lado o peor aún, ¿había demasiados intereses espurios por parte de todos para cambiar el sistema que nos ha regido desde la II Guerra Mundial?
A este ojo que observa le preocupa cuántas guerras hay en esta guerra: la económica, la política, la militar, la cibernética, la sanitaria, la de alimentos, la energética... y todo para qué ¿para cambiar el establishment? Tal vez seamos demasiado miopes y estemos entretenidos en lo de acá y no estemos viendo la batalla que se está dando más allá de nuestras narices. No me gusta lo que veo, me siento impotente y eso me hace dudar de todo y esto no es bueno.
“Los tiempos difíciles forjan hombres fuertes, los hombres fuertes crean buenos tiempos, los buenos tiempos crean hombres débiles, los hombres débiles crean tiempos difíciles”. G. Michael Hopf.
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