Enseñanza y empleo

Y es que las matrículas en las carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) no suben tanto como cabría esperar considerando que tienen las mayores tasas de afiliación, los mejores sueldos y la menor sobrecualificación.

El catedrático de la Universidad de Valencia Joaquín Aldás-Manzano cree que el problema de la sobrecualificación tiene su origen –al menos en parte- en un tejido empresarial que no demanda profesionales muy cualificados. Por ejemplo, el 83% de los egresados con titulaciones de Turismo no han encontrado trabajo, el 80% de los de Criminología, el 77% en Gestión Cultural, el 65% en Sociología. Mientras que en Bioquímica, en Arquitectura e Ingeniería o en Medicina ese “desperdicio” cae al 26%, 25% y 0,4% respectivamente.

Es evidente que la enseñanza universitaria y la FP no son capaces, hoy por hoy, de adecuar su oferta a la demanda empresarial, lo cual provoca un muy alto nivel de paro en edades bajas y un déficit a la hora de cubrir las demandas laborales de las empresas.

A este respecto, se necesitarían estadísticas de personas ocupadas no sólo por sectores productivos, también según el origen geográfico, y nos encontraríamos, me temo, que en la construcción apenas hay obreros nacidos en España.

Y algo parecido va a pasar entre los conductores de camiones y en otros sectores que exigen trabajos manuales considerados –y con razón- como duros. Convendría también disponer de estadísticas detalladas sobre los parados que aparecen en la EPA, datos que están dentro de esa encuesta y se pueden obtener fácilmente por el INE o por quien tenga acceso a los datos primarios de la encuesta.

Es obvio que las enseñanzas de alto nivel (universitaria y FP de grado superior) necesitan adecuarse a las demandas presentes y futuras de las empresas, lo cual exige una estrecha relación entre oferta y demanda empresarial. Y ello implica una relación cada vez más próxima entre unas y otras.