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Apenas quince minutos. Un cuarto de hora, vamos. Ese es el tiempo que aguantó Alfonso Fernández Mañueco la farsa que le tenía montada Luis Tudanca en el primer (¿y último?) encuentro que mantuvieron ayer los partidos que ambos lideran, dentro de la ronda de contactos ... para formar gobierno en Castilla y León. El correveidile de Pedro Sánchez asegura que el presidente en funciones de la Junta se levantó de la mesa, como si le hubiera salido un sarpullido, al oír la palabra corrupción. Y, aunque Mañueco no ha confirmado que este sea el motivo de su espantada, por una vez voy a creer a Tudanca. Era, sin duda, la excusa perfecta para que los dos dejaran de hacer el paripé. Yo te insulto, tú te haces el digno y aquí paz y después gloria.

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lagacetadesalamanca En un cuarto de hora