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Uno de los peores desechos que ha dado Occidente, la calidad de vida de Occidente (pues esta especie es un subproducto indeseable de la libertad ... y el bienestar no asumidos), es el “progre”; el progre entendido peyorativamente, como un descarado ladrón de almas bienintencionadas que desea toda la riqueza para él, mientras riega con migajas de palabrería al idiota confinado... Ya saben: ecología, “me-toos”, feminazismo, “gay power”, SU-cultura, violencia ambiental, memoria histórica y mucho caviar en sus orgias de poder y lujo.
En España, donde nuestros muchos complejos históricos hicieron que aflorara el progre tras la muerte de Franco entre los niños “bien”, esta “especie” social creció como la espuma por los bares de las facultades de Letras. Y hoy siguen ahí, ya mayorcitos pero dejando herederos que desean seguir gozando de los privilegios de la izquierda exquisita, y cuyos máximos fantoches pueden ser en la farándula la pareja Cruz-Bardem, y en la política Pablo Iglesias, posiblemente el mayor caradura —además de un peligro público— que hayamos conocido en nuestra débil democracia; democracia que no se ha hecho adulta aún, con casi 50 años, por culpa precisamente de los progres: los del funcionariado, la Justicia, la Universidad, la Sanidad.
Los progres resentidos: soy feo, todos feos; soy un infeliz, todos infelices; no se me levanta, castración social. Así es, no crean que exagero. Estamos pagando todos los traumas de estos beodos de ego que ahora acaban de firmar un manifiesto en “Le Monde” contra el consumismo y, ¡toma castaña!, contra “la vuelta a la normalidad”. El panfleto progre lo encabeza la actriz francesa Juliette Binoche y le hacen los coros gente como Madonna (¡Louis Verónica, por Dios!) Robert De Niro, Joaquin Phoenix y, como no, Pedrito Almodovar y su Penélope Cruz. Infumable, vomitivo: contra el consumismo desde las telas de Chanel y los aromas de Lancôme... Y contra la normalidad, contra nosotros; que sólo ellos dispongan del mundo, de sus islitas privadas del Caribe y de su opulenta normalidad. Sólo ellos, el virus progre.
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