El valioso Excel de Teo

Dicen en los mentideros políticos, o no tan mentideros, que Teodoro tiene un Excel con los nombres de los apoyos que ha ido recabando a lo largo de los años desde que lleva en el puesto con Casado, entre ellos figurarían el de todos los desleales de Salamanca, que fueron recibidos en la planta noble de Génova con alfombra roja por el general secretario. Eso fue hace poco más de un año, concretamente el 4 de febrero del año pasado. La operación es una muestra más de las maniobras orquestadas por el lanzador de pipos de aceituna para ir haciéndose con una organización mediocre a la medida de Casado y ganar lo que en las urnas estaban perdiendo.

Querían “cargarse” al presidente provincial, Javier Iglesias, y, de paso, si podían al líder regional, Alfonso Fernández Mañueco. Ninguno de los dos fue de su cuerda. La negativa de Iglesias a ceder a las presiones para convocar el congreso y dejar al PP de Salamanca en manos de los amigos de pandilla de Teodoro García Egea -hoy ya fuera del PP gracias a las presiones de muchos y a las denuncias de Isabel Díaz Ayuso sobre las prácticas delictivas de esta panda- Mañueco sobrevivió a que le cortara la cabeza antes de tiempo. Los trabajos sucios siempre corrían a cuenta de Teo. Casado tenía el papel de “hombre bueno”, pero ahí están los resultados y la puñalada que le dio a la que fuera su amiga Isabel.

¿Dónde están ahora los casadistas? Pues se han vuelto todos “ayusistas” y “Feijoistas”. No votaron a Casado y a Egea nunca lo han podido ver en pintura. ¡Cuidado Isabel que aquí, en Salamanca, hay unos cuantos traidores! La lista de todos los que se han cambiado de bando dentro de tu partido la debe de tener Teo en un Excel.

El lunes se tiraron más de ocho horas atrincherados en Génova Casado y su núcleo duro. Algunos intentaron convencerlo para que se fuera y se pusiera en marcha un congreso extraordinario a través de la convocatoria de la junta directiva. Los del núcleo pétreo, es decir “Teodorín”, “Caserín” y “Tirolín”, se dedicaron a llamar uno por uno a todos los que creían que iban a apoyarlos en un supuesto duelo por el control del partido. Vamos, los nombres que tenía Egea apuntados en el famoso Excel. El que no apareciera en el documento, no tenía futuro en el partido de los pandilleros.

Mientras tanto, algunos críticos -casi todos los líderes y los militantes- estaban tan desesperados que acudieron a los socialistas que en su día asaltaron Ferraz para echar a Sánchez con cajas destempladas. Querían consejos de cómo desalojar Génova sin tener que llamar a los GEO. Se habían atrincherado de tal manera que ni con las amenazas de dimisiones de su equipo más próximo hubo manera de que Casado se fuera. Teo le decía que le salían los números para plantar la batalla. De manual de resistencia sanchista.

La diferencia entre uno y otro, es decir entre Casado y Sánchez, es que éste, el actual presidente del Gobierno de España, no tenía el beneplácito de los “barones”, pero sí el de los militantes. Casado no tiene ni lo uno ni lo otro. Y el Excel de Teodoro empezó a descuadrarse. Algunos afirman que los sabios consejos de resistencia de Sánchez le animaron a ganar tiempo a la espera de que, con alguna ayuda, imputaran a Ayuso y le dejaran expedito el camino para volver entre aclamaciones. Son las ensoñaciones de Pablo, que llegado a este punto lo único que le quedaba el lunes era soñar.

Estoy seriamente preocupada por el futuro de Pablo Casado. Teodoro García Egea siempre se podrá dedicar profesionalmente al lanzamiento de pipos de aceituna. Ya fue campeón en Murcia y puede promoverlo como deporte olímpico.