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T riste y sola se queda La Aldehuela sin preparativos feriales y sin Rastro este domingo. Parecía que el Rastro podía con todo, pero ya ... vemos que no es así. Lo pensamos porque desde el siglo pasado acude con fidelidad a la cita dominical; primero en la Plaza del Oeste, luego a la sombra de la Peña Celestina y ahora en La Aldehuela. También anduvo tiempo atrás por la Plaza de San Justo, pero eso fue otra historia. Tiene, pues, su Historia y sus historias, y uno, por edad, vecindad y visitas conoce algo de ellas, relatadas por unos y por otros, paseando entre los puestos, hurgando entre los libros y las antigüedades, imaginando vidas detrás de unos y otras. Y siempre hay sorpresas en los libros porque los herederos de hoy no quieren saber nada de los libros del abuelo, aunque estén dedicados por Unamuno, Carmen Martín Gaite o Fernando Lázaro Carreter, por ejemplo. Las antigüedades, sin embargo, llegan al Rastro muy purgadas en la antesala: se llama a tal o cual que esto le va, y esas “joyas” de herencias o cambios de decoración no pasan por el Rastro, que es, también, un mercado textil variado y un bazar de herramientas de segunda mano para hábiles.

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lagacetadesalamanca El Rastro fiel