Borrar

Sepa usted que llevo tiempo mascando este artículo. Sepa que no lo he escrito antes para no ser injusto con la Iglesia y que si lo va a leer hoy es porque, otra vez, pretenden convertir los abusos en una cuestión de fe. No piense ... que soy un “anti”. Vaya por delante mi respeto a la institución y mi admiración a los miles de curas que sí creen y que cada día tienden la mano a quienes más lo necesitan en los rincones más olvidados del mundo. Ellos no se merecen que unos pocos manchen el nombre de todos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Sigues a Javier Gallego. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca El pecado de la iglesia