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La diferencia entre la película de Lars Von Trier, “Los Idiotas”, y la España de hoy, es que aquí y ahora, en esta realidad indigna ... que hemos conquistado con tesón entre votantes, caraduras y terroristas televisivos, los idiotas no simulan su condición, son reales y, lo peor de lo peor, están orgullosos de serlo. Zapatero power. El triunfo no es ya llamarse Margaret Thatcher, Ramón y Cajal, Burt Bacharach o Luis Buñuel. El triunfo hoy es ser idiota y “marcar tendencia” como tal. Nuestros idiotas contemporáneos no son la elucubración de un guionista: inundan los medios de comunicación, se sientan en los parlamentos u ocupan cátedras universitarias al grito de “¡Muera la inteligencia!”. Nadie se libra. Sí, usted acertó: da mucho miedo.

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lagacetadesalamanca El país de los idiotas