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El 5 de setiembre de 1914 fallece en su domicilio de Salamanca, Ramos del Manzano, 30, don Ramón Fernández de Córdoba Bermúdez de Castro. Era ... hijo de Fernando, último marqués del Vado del Maestre, fallecido el 16 de enero de 1895 y de Antonia, fallecida el 20 de setiembre de 1905 y ordena en su testamento que en la capilla del presidente de la Catedral se funde y dote a perpetuidad una misa diaria por sus padres, por él y su esposa Petra García Luengo y por su tío Ramón Bermúdez de Castro. Sus herederos venderán inmediatamente las yugadas y censos de La Vellés, Parada de Rubiales y Pitiegua, hecho protocolizado el 3/3/1915 ante el notario José de Prada y Lagarejos.
Su hermano Fernando cumple el mandato y previo permiso del Cabildo catedralicio acomete las obras de restauración de la capilla y de la cripta el 8 de mayo de 1915.
Las paredes se retundieron y rasparon trabajando en ello el maestro de obras, el salmantino Jenaro García. Del dorado de la capilla se encargó el maestro Ramón Delgado, de Madrid. En la pared derecha se colocó una artística lápida de mármol con los detalles de la donación y en su parte central se situó la imagen de la Virgen de la Vega, (trasladada a la Catedral en 1882), para celebrar en su altar la misa diaria indicada.
En la pared de enfrente se colocaron tres lápidas de mármol indicando los restos que albergaría la cripta, adornándose con zócalo de azulejo de Talavera el perímetro de la capilla y la base del altar. Sobre la pared central un ventanal de 2´50 m de altura, construido por la vidriería artística de J. H. Manmejean Hermanos, de Madrid, representando a san Ramón Nonato. Alumbrando la cripta una lámpara gótica del siglo XV de los talleres del artista Tomás Pontones, de la calle Fúcar de Madrid, al igual que la puerta y el balaustre. La puerta de acceso a la cripta con tres hermosos arcos de piedra de sillería da paso a una amplia escalera y al fondo tres nichos de mármol para enterramiento de los marqueses, de don Ramón y el tercero para cuando pudieran ser trasladados los restos del fundador y de su esposa. Toda la obra de marmolería fue ejecutada por el artista salmantino Ángel Seseña.
Los restos del donador partieron del cementerio a la Catedral el día 9 de setiembre de 1919 a las diez y media de la mañana, inaugurándose la iluminación de la capilla con una monumental lámpara repujada en hierro y cobre, costeada por su viuda, obra del artista salmantino Calixto Escolar. El traslado de los restos de sus padres y tío se había verificado el 20 de setiembre de 1915.
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