El invierno político
Miércoles, 22 de diciembre 2021, 04:00
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Miércoles, 22 de diciembre 2021, 04:00
LA casa no puede calentarse por el precio de la luz, pero fuera hace aún mas frío. Hoy, tras salir el sol en el megalítico ... Stonehenge, del Reino Unido - si prefieren, cuando aparezca por La Armuña -, empieza el solsticio de invierno. En política sucede algo parecido. Cuando se está en un cargo a costa del erario público, hace un confortable calorcillo. Pero cuando te cesan, tienes que salir a la “puta rue”, deja de sonar tu móvil, y no llega la pasta al banco, hace un frío insoportable. Es el “fuera hace mucho frío”, la climatológica justificación de los que astutamente se abrigan al amor de la lumbre presupuestaria, en cualquier pesebre político, incluso en contra de sus principios.
Mañueco dejó ayer en la calle, de una tacada (imprevista por “Ciudadanos”), a sus cuatro consejeros, los once procuradores, entre ellos al presidente de las Cortes. Todos saben que su futuro político es negro. En las elecciones convocadas para el 13 de febrero, es dudoso que obtengan un escaño. Sus votantes se refugiarán en el PP, en VOX, o en su domicilio, aunque habrá quienes, como la mirobrigense Ana Montero, se eche en brazos del PSOE. Piensen ustedes en la tragi-comedia de un Luis Fuentes, el salmantino expresidente de las Cortes, teniendo que volver a su modestito oficio anterior, ¡qué frío! Se explica ese coloquial “en que cojones piensa” de Igea. La respuesta es sencilla: porque es usted, señor exvicepresidente, un tocapelotas. Dispuesto a traicionar como Pacordoñez, ministro de UCD, que desde Moncloa llamaba a escondidas por teléfono (para tenerle al corriente de lo tratado en el Consejo de ministros), a Felipe González, que le premió nombrándole ministro de Asuntos Exteriores.
En política si no tienes reflejos te desnucan. Mañueco es salmantino – la cuna histórica del ajedrez -, y ha tenido reflejos felinos para iniciar, de forma calculada y magistral, una excitante partida, en la que no caben los empates. En el inmenso tablero de España, se juega en distintas mesas, en febrero en Castilla y León, y a no tardar en Andalucía. Todo como apasionantes prólogos a la gran partida nacional Casado-Sánchez, en la que se decide, como en Madrid con Ayuso, si “libertad o comunismo”.
Mañueco acabó ayer de un plumazo con Igea, el socio incómodo y pendenciero, y consumará su hábil jugada la víspera de San Valentín, con el socialista Tudanca, al que barrunto que dejará para las mulillas. Y como el PSOE necesita ganadores, ándese su Secretario regional con cuidado, porque el ministro de la Presidencia, Bolaños, ya va por ahí ensalzando la eficaz gestión del alcalde vallisoletano, Oscar Puente, y es probable por tanto que el PSOE lo releve. ¡Con el frío que hace fuera!
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