El hombre en busca de sentido
Jueves, 2 de abril 2020, 05:00
Secciones
Destacamos
Jueves, 2 de abril 2020, 05:00
Viktor Frankl murió con 92 años. Este filósofo austriaco es el fundador de la logoterapia y el análisis existencial que, así dicho, pues como que ... nos queda un poco lejano por académico y científico.
Entre sus más de veinte libros destaca, por su difusión y venta, “El hombre en busca de sentido”. Un auténtico best seller que escribió tras sobrevivir a distintos campos de concentración nazi -también a los de Auswichtz y Dachau- entre 1942 y 1945.
“¿Tiene algún sentido todo este sufrimiento, todas estas muertes?” se preguntaba este psiquiatra y neurólogo vienés un año después de su liberación, al comprobar que ninguno de sus familiares había logrado escapar del holocausto judío.
En esta época de confinamiento y privación de libertad por la pandemia del coronavirus, se me ha venido el bueno de Viktor Frankl -y su libro- a la cabeza. Más que nada porque se me quedó grabada una idea después de su relectura. Algo que nunca podré agradecerle suficiente y que me está ayudando a sobrellevar con dignidad estos momentos tan complicados de miedo y muerte, de enfermedad y duelo, de incertidumbre y encierro.
Y es que el modo en que el hombre acepta su destino y todo el sufrimiento que éste conlleva, añade a nuestra vida un sentido más profundo. Incluso bajo las circunstancias más difíciles podemos conservar el valor, la dignidad, la generosidad.
Pero ojo, Frankl también recuerda que podemos convertirnos en poco más que animales que resisten -añado yo- viendo la tele, comiendo a todas horas y quejándonos donde podamos de lo mal que lo hacen todos y lo mucho que me están haciendo sufrir.
El propio Frankl describía en su obra los dos tipos de personas que existen en el mundo. Dos, sólo dos: “Los hombres decentes y los indecentes. Ambos se encuentran en todas partes y en todas las capas sociales”.
Al final de su obra, el bueno de Frankl concluye que “a un hombre le pueden robar todo, menos una cosa, la última de las libertades del ser humano, la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancias, la elección del propio camino”. Y en esas ando, eligiendo que mi casa siga siendo el nido en el que me encuentro a gusto con los míos y no la jaula que algunos se empeñan en hacerme creer con sus quejas, sus llantos, su crujir y rechinar de dientes contra todo y contra todos.
Porque muchas veces es una situación externa, excepcionalmente difícil, la que nos da la oportunidad de crecer espiritualmente más allá de nosotros mismos.
Y acabo con una pregunta y su respuesta sacada del libro que no necesita recomendación: “¿Qué es en realidad el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es”.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a Santi Riesco. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.