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La semana que recuerda la revolución comunera, el levantamiento contra Carlos I, ha comenzado ayer con el entierro del príncipe Felipe de Edimburgo, esposo ... de Isabel II, que hemos visto en la televisión como un capítulo más de “The Crown”, la serie que nos ha hecho soñar con otra dedicada a nuestro emérito. Entonces, el pueblo se revolvió contra los cortesanos flamencos que expoliaban nuestro país, pero lo que de verdad enfadó a Carlos I no fue que se le intentara “forzar la mano”, en expresión de su gran historiador, nuestro Manuel Fernández Álvarez, sino que se hubiesen atrevido sus responsables a “irrumpir en la casona palacio de Tordesillas, plantándose ante la propia reina Juana”, quien no solo aparece representada en la fachada universitaria, según algunos autores, sino que fue una gran mecenas del Estudio. Alicia María Cano, investigadora, así lo afirma, igual que asegura quién es el autor de esa representativa fachada plateresca, referencia universal de Salamanca: Juan de Talavera. Y no faltan documentos que afirman que esa fachada fue un regalo de la reina Juana, “La Loca”. La ofensa comunera a ésta desembocó en una siega de cabezas que el rey llevó con gran pena (“penalle”) según algunas crónicas, entre ellas la testa de nuestro Francisco Maldonado, que continúa exiliado allá en el Alto del Rollo, ajeno a la exposición comunera en Valladolid, que quizá podamos visitar el “finde” que viene. También este año echaré de menos en estas fechas comuneras la correspondencia con José Almeida, doctor Almeida, sobre quién es, de verdad, el representado en ese busto, si un frenólogo cordobés o un idealizado Maldonado.

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lagacetadesalamanca El “finde”