Borrar

Despacito, sin sobrepasar los reglamentarios 30 kilómetros por hora que tanto nos angustian a los estresados, circulaba por el centro de Salamanca, el domingo por la tarde, un casi centenario Ford A descapotable. En su asiento trasero, un hombre que parecía sacado de otra época ... miraba con el rictus serio a cuantos se volvían para contemplar el espectáculo. Su destino, la plaza de toros de La Glorieta.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Sigues a Miguel Ángel García-Mochales. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca El descapotable de Morante