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Madrid, de nuevo, nos ha invadido. Como en los tiempos prepandémicos. Esta es, al menos, la sensación que daban las carreteras y las calles. Llámelo ... efecto “San Isidro”, pero la realidad es que Salamanca parecía este sábado una extensión de la famosa pradera del Santo, cuya iglesia salmantina es aulario de la Universidad, confirmando el hecho de que aquí todo tiene algo de universitario. En esta iglesia nació LA GACETA antes de que el templo se convirtiese en estación de coches de línea y después de que se quemara en auto de fe el llamado “Cuadro de San Isidro”, que se encontraba en el presbiterio y “servía de motivo de ignominiosa mortificación a varias familias, por hallarse en él representados algunos de sus ascendientes condenados por judaizantes”, decía un boletín de la Real Academia de la Historia en 1907, firmado por el arqueólogo Fidel Fita. Para llegar a su quema en la Plaza de la Lonja el 8 de mayo de 1921 fue precisa autorización de las mismísimas Cortes en 1813 y 1814, y solo entonces aquellos descendientes de judíos conversos respiraron aliviados. Ser del “Cuadro de San Isidro” no estaba bien visto en Salamanca.

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lagacetadesalamanca El cuadro de san Isidro