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AS preocupaciones fundamentales del ser humano siempre han sido las mismas: el amor, la muerte, la ambición y las grandes pasiones entre las que, en ... algunos casos, bien podría incluirse la gastronomía, el placer de la mesa y de la sobremesa con buenos amigos, a ser posible. Hasta el punto de que suele importar más la agradable compañía que la excelencia de los propios manjares. Quienes todavía conservamos un cierto hedonismo y tenemos a Epicuro en uno de nuestros altares, estamos preocupados por la injusta persecución que padecemos quienes aún reivindicamos los placeres de la carne, entendida en todas sus acepciones. Me incomodan aquellos que atentan contra el honor del noble cerdo y reprueban su inclusión en nuestra dieta alimenticia. No acabo de entender tanta hostilidad hacia esa noble criatura sobre la que la naturaleza desparramó sus complacencias. No sé a qué viene tanta zalagarda en torno al cochino y sus atributos. Salvo que se sea musulmán, claro.

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lagacetadesalamanca El cerdo perseguido