Divorcio a la vista

El presidente “popular” tiene que estar arrepentido a estas alturas de haber aceptado a un niñato como vicepresidente del Gobierno de Castilla y León, un imberbe -aunque sea un joven barbudo- que le está complicando la existencia a todo el Gobierno, porque cada vez que sale es para meter la pata, dejarnos en ridículo o confundir el partido Vox con las instituciones. Lamentablemente nada tiene que ver con las expectativas que habían creado. Abascal está bastante desaparecido para ser la única Comunidad donde han asumido tareas gubernamentales. Debe hacerle daño también el zapato con los descarrilamientos dialécticos de su único vicepresidente.

El pobre portavoz parlamentario, el salmantino Carlos Menéndez, retwittea con escaso convencimiento y supongo que con mucha vergüenza las ocurrencias de su “jefe”.

Luego está el diputado por Salamanca -aunque no lo sepan tenemos a un representante en el Congreso de los Diputados elegido por el partido de Abascal en las últimas elecciones generales- que debe de tener los “rettwit” automáticos. El jueves se encargó de ponderar las medidas que proponían desde “las consejerías de Vox”, como si el Gobierno de cualquier administración pudiera pertenecer a un partido político por el mero hecho de que sus consejeros militaran en él.

Abascal ha buscado a un mal referente para lanzar al partido como alternativa de Gobierno. Y no porque Juan García-Gallardo sea bueno o malo, sino porque es un principiante en política que, además, ha cometido la enorme torpeza de aceptar la vicepresidencia de la Junta sin ninguna competencia. Y la única forma de acaparar cámaras y flashes es diciendo disparates. ¡Y claro que lo consigue!

Con su dislate sobre la hipersexualidad como una de las causas de la despoblación en Castilla y León consiguió centrar la atención no solo de los medios de comunicación nacionales, sino del diario británico The Guardian, uno de los más prestigiosos de Reino Unido, que le dedicó un artículo en el que se mofaba del político novicio.

El problema de Vox, como en su día le ocurrió a Podemos, es que no solo carece de experiencia, es que además sus dirigentes actúan con una prepotencia inadecuada y son atrevidos y osados.

Lo que hizo el miércoles el número dos del Ejecutivo regional, que sería presidente de la Junta en ausencia de Alfonso Fernández Mañueco, es inaudito. Critica la gestión del Gobierno del que forma parte, confunde su partido con la Junta, plantea auténticas estupideces y, a más a más, por lo que se ve, desconoce que antes de proponer nada tiene que consensuarlo para que lo aprueben los órganos competentes, en este caso el Consejo de Gobierno, donde Vox está en franca minoría.

La contratación de parados para limpiar los montes por 5 millones de euros -no sé si es mucho, poco o regular- es lo más coherente y concreto que han conseguido escribir en twitter. Y habrá que ver cuántas personas figuran en las listas del paro que sepan realizar estas tareas, porque igual hacemos un pan como unas tortas y mandamos a expertos en electricidad para quitar matojos. ¡Hombre, hay que ser serio y no despreciar el trabajo de los que saben del asunto!

El resto de las propuestas, dadas a conocer por redes sociales con nocturnidad y casi con alevosía, son un insulto a la inteligencia. Pero, ¿qué pinta la Junta organizando un concierto benéfico para los afectados por los incendios de Zamora o repartiendo maillots de la vuelta ciclista a Castilla y león a los alcaldes afectados?

Imagino la cara de los alcaldes de Morasverdes, Monsagro o Diosleguarde cuando aparezca Juan García-Gallardo o el consejero de Cultura “de Vox” con la camiseta ciclista.