Dientes, dientes

El martes por la noche entre el zapeo por La2 para ver la promoción de Salamanca a través del programa Rutas Bizarras, con Pablo Montes como brillante divulgador de la historia de la ciudad; la Champions con el Manchester City de Juanma Lillo; y el especial de Al Rojo Vivo de Ferreras en LaSexta, aparece de nuevo el aún presidente del Partido Popular, quien ante el asedio de las cámaras a Isabel Díaz Ayuso iba haciendo hueco hasta colocarse a su lado, otra vez con dientes, pese a la mascarilla. Esperaba paciente a que concluyeran las preguntas a la lideresa del PP para tener su minuto de gloria. Tras la apabullante victoria de Ayuso, labrada a pulso por sí misma y su equipo de colaboradores, entre los que no aparece el nombre de Pablo Casado, la cúpula de Génova ya se ha encargado de difundir que Ayuso es lo que es hoy gracias a la apuesta del presidente Casado. Ja, ja, ja. Isabel Díaz Ayuso ha ganado las elecciones gracias a una clara apuesta por sí misma, por sus ideas liberales, pero sobre todo, por aportar libertad en una época plena de recortes de derechos. Del derecho a trabajar, entre otros. Ahora se merece la presidencia del PP en la Comunidad de Madrid que ostentaba Pío García Escudero hasta hace tres días. Seguramente sea el trampolín para que se produzca el relevo en la dirección del PP nacional. Bien por un proceso de primarias -Ayuso hoy arrasaría-; por dimisión de Casado ‘dientes’ -no caería esa breva- o simplemente por ovarios.

Isabel Díaz Ayuso se ha cargado de un plumazo a Casado, pero no solo eso, también a la caspa del PSOE que se ha instalado en Moncloa, y gracias a Dios a Pablo Iglesias, el mayor embaucador del reino de España. También a Cs, que ha pagado su penitencia por los vaivenes provocados en los últimos meses por ansias de poder.

La victoria de Isabel Díaz Ayuso ha devuelto la ilusión a los liberales, hartos de los desmanes y del autoritarismo de la nueva izquierda, la poseedora de la verdad única y absoluta, mientras que todo lo discrepante es tildado de fascismo. Esa ilusión, unida a la apertura del cierre perimetral al que hemos estado sometidos durante tanto tiempo, y la vacuna, hace que mire al futuro con optimismo e incluso con perspectiva para poder disfrutar de aire fresco. El mismo que se respira cuando paseas por las riberas del Tormes, con la maravillosa zona generada por el Ayuntamiento en los huertos urbanos, con senderos peatonales y ciclistas, parque infantil, merendero... un espectacular área de ocio que ya quisieran muchas ciudades.

Con la llegada de la primavera, los rayos del sol hacen brillar a Salamanca de tal forma, que su resplandor se expande por toda España, algo que se divulgará aún más durante los próximos días en Fitur, Madrid, País Vasco y Comunidad Valenciana para recuperar sonrisas -sin dientes- en los hosteleros de la ciudad, con la llegada de turistas, gracias a las promociones pioneras y generosas que ha liderado el Ayuntamiento de Salamanca a través del área de Turismo.

Ahora que empezamos a ver la luz al final del túnel hay que trabajar aún más para que Salamanca ilusione a través del turismo y consiga ser la cuna de los madrileños, más felices que nunca, tras haber apostado de forma unánime por la libertad.