Borrar

En tiempos oprobiosos se distinguía entre “afectos” y “desafectos” al Régimen. Los primeros eran susceptibles de gozar de prebendas y privilegios. Los segundos no podían ... acceder a determinados cargos o profesiones sin el preceptivo certificado de penales. Eran tiempos recios, de partido único, camisa azul y gorra colorada como la cresta de los gallos. Por fortuna, las cosas han cambiado —larga se hizo la espera— y el arco parlamentario nos ofrece desde la Transición, que ahora algunos cuestionan, toda una panoplia de tendencias y partidos, unos de efímera supervivencia y otros de gran tradición histórica.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Sigues a Román Álvarez. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Desafección política