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Todos hemos visto como hace unos días un agente de policía de Minneapolis (Dios salve a Prince), mató brutalmente en la calle a un detenido ... ante la complacencia de otros tres “servidores” de la Ley que le acompañaban; el animal asfixió a un hombre colocando su rodilla en el cuello. Hasta aquí, un caso más de brutalidad policial, aunque estas barbaridades son de locos con y sin placa, de asesinos asintomáticos... hasta que dejan salir al monstruo que llevan dentro.

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lagacetadesalamanca De negros y blancos