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Desde que comenzó a hablarse del cambio climático, ya no se escriben los otoños en amarillo, ni las grullas dibujan espectaculares formas de avión en ... los cielos. Desde que entramos en el mundo globalizado, los festivos del santoral dejaron de ser días de cumplimientos, devociones y visitas a la Iglesia. La nueva era es demasiado práctica, pagana y pedestre como para andarse con asuntos de santos, entusiasmos poéticos o arrebatos románticos de contemplación. Lo que interesa es que el calendario tenga muchos puentes, con o sin celebraciones de santos, pero puentes al fin, para poder coger la maleta y largarse a cualquier sitio donde no tener que pensar ni trabajar.

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