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La actualidad termina por devorarse a sí misma y como la energía, ni de crea ni destruye, se transforma. No es eterna. En realidad, cada ... vez dura menos, aunque deje su cicatriz. Así que pasado mañana esto que hoy nos preocupa tanto pasará a otra categoría y se irá disolviendo, quedará arrasada por otro asunto y quizá se convierta en cicatriz. Y, además, hay vida más allá de todo este barullo tan difícil de digerir como una copiosa cena de Navidad.

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lagacetadesalamanca De alborotos y calmas