Secciones
Destacamos
MIENTRAS el Gobierno, una vez más, pretende insistir en la “memoria histórica”, que esta vez llamará “memoria democrática”, una vez más conviene recordar lo que ... Piaget llamó “memoria inventiva”. Y es, en parte, esa “memoria inventiva” la que se impuso entre nosotros al hilo de la Ley 52/2007, conocida como Ley de la Memoria Histórica.
En cualquier caso, ninguna memoria colectiva se pasa de padres a hijos sin cambios en los contenidos. Ya lo expresó radicalmente Francisco Ayala: “no hay, en verdad, ningún hombre que posea memoria histórica... nadie recuerda ni puede recordar lo sucedido fuera del ámbito de la propia existencia”.
Pues bien, una de las cosas que esa supuesta “memoria democrática” pretende hacer olvidar es lo que ocurrió durante la nefasta guerra civil en la retaguardia republicana. Sin embargo, eso va a resultar imposible.
En el libro que acaba de publicar Pedro Corral hay hasta 15.000 testimonios de aquellos años, suministrados por porteros y vecinos de aquel Madrid. Esa es la originalidad de este libro.
Un caso: Se llamaba Casimiro. Había sido detenido en la calle de Alcalá cuando iba a entregar unas prendas de la sastrería donde trabajaba. Fue llevado a la checa comunista de la calle Alonso Heredia 9, en el barrio de la Guindalera. A las nueve de la mañana del día siguiente le condujeron en un coche por la carretera de Francia, hacia San Sebastián de los Reyes. Antes de llegar al pueblo se desviaron hacia Alcobendas, pararon el automóvil, lo bajaron y le dispararon tres tiros en la cabeza. Creyéndole muerto, lo abandonaron tras despojarlo de sus ropas y de todo lo que llevaba de valor. Milagrosamente vivo, Casimiro pudo reponerse y llegar a pie hasta Fuencarral.
La mayoría de los testimonios aluden a la desaparición de las personas después de un traslado desde las cárceles, donde el 1 de noviembre de 1936, según el periodista y agente soviético Mijail Kolstov, había 8.000 detenidos, de los cuales cifraba en 3.000 los militares en activo o en reserva. Otras fuentes elevan la cifra a 10.000 encarcelados.
En cualquier caso, yo recomendaría al editor de este libro que se lo enviara al Grupo Socialista en el Congreso, con el ruego de que alguien se lo leyera antes de enviar la Ley de Memoria Democrática al Pleno.
Aquella guerra civil fue una tragedia llena de asesinatos y lo mejor que se ha podido hacer ha sido la reconciliación nacional con un grito: “Nunca más”.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a Joaquín Leguina. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.