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Entiendo su enfado. Viene Felipe VI con el jet lag del entierro heleno de Constantino de Grecia, donde se encontró con el ... campechano de su padre, el “emérito”, a inaugurar el Hospital Universitario de Salamanca –con lo que ha costado—y lo que sale en las televisiones es el dichoso lío de Vox y PP en la Junta de Castilla y León. La que ha liado Gallardo I, el “incompetente” –le recuerdo que carece de competencias—al que Alfonso F. Mañueco no consiguió frenar a tiempo. El asunto, dicen en la frutería, ha dejado sin palabras a Feijóo, y ahora mismo nadie sabe qué hacer ni qué va a pasar. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, insiste en los requerimientos, o sea, en que todo conste por escrito, que luego se dice Diego donde dije “digo”. Desde Vox están dispuestos a romper la baraja, otra cosa es que lo hagan, y como se dice en estos casos cualquier cosa puede ocurrir. Y digo yo: que ocurra. Porque esto es un sin vivir un día y otro saliendo de esa manera en los informativos y la prensa, siendo la comidilla de tertulias y columnas. Y al Hospital Universitario, con lo que ha costado, se le hace luz de gas. El Rey todo majo saludando a los paisanos, posando con el staff de las batas blancas, paseando por unas plantas y otras, y de vez en cuando haciendo algún gesto amable a algún sanitario que asomaba la cabeza por eso de la curiosidad, y nada. El lío dichoso. Yo creo que no hay derecho, porque, encima, todo salió bien. Quiero decir que del Hospital uno sabe cómo entrar pero salir es otra cosa; mi amigo el actor Carlos Vicente me decía un día que era lo más parecido a un “escape room”, y conozco a algún profesional de la casa que no duda de que podría aparecer alguna persona de las primeras que entraron y aún no ha encontrado la salida. Felipe VI, en esto, no tuvo problema y salió, claro que iba con una corte de guías que se conoce bien el centro por diversas razones, incluida la de haber estado a pie de obra los años que ha durado su construcción. Así pues, todo salió bien, aunque más de un paisano echó de menos a la reina Letizia, que tiene mucho tirón en Salamanca, pero no se puede estar en todas partes a la vez. Todo salió bien, salvo eso que se conoce como repercusión nacional. Ahí, la Nochevieja Universitaria, le ha ganado al nuevo Hospital.

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lagacetadesalamanca Con lo que ha costado