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Y van dos. Dos días sin fallecimientos oficiales, según la doctora Casado. Dos días que muestran la dichosa luz al final del túnel, por ... el que vamos a salir todos, ha dicho Mañueco. Aquellos brotes verdes ya están aquí. Pero aún es pronto para echar al vuelo a la catedralicia María de la O y detrás a todas sus parientas, porque este virus tiene pinta de estafermo, ese muñeco giratorio de entrenamiento de los caballeros medievales, que llevaba en un brazo un escudo y en el otro un palo con una bola colgando; si dabas con la lanza en el escudo y no pasabas rápido el muñeco giraba y la bola te daba una colleja que te dejaba “aviao”, que diría el charro. Estafermo, así llama Benito Pérez Galdós en el Episodio “Cádiz” a Don Pedro, un personaje quijotesco que simboliza aquel siglo XVIII al que dio carpetazo las Cortes de Cádiz presididas por el salmanticense Muñoz Torrero. No hay que fiarse de este virus ni echar las cazuelas al viento. Está vivito y coleando para dejarte aviado si no andas listo

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lagacetadesalamanca Cazuelas al viento