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La remodelación de Pedro Sánchez de su gobierno socialista –el de Podemos no lo ha tocado—echa carne a las fieras de la actualidad política ... al final de una semana cárnica y carnívora, en la que todo el mundo ha querido arrimar el ascua a su chuletón, aunque sea tiempo de sardinas. A la sardina la enterramos en carnestolendas y la resucitamos en verano, esa sardina con la que la familia Valencia celebra que la bomba que cayó en el callejón de su restaurante durante la Guerra se quedara en poco más que susto en un día trágico para Salamanca, según las crónicas. El chuletón al punto con el que Sánchez quiso zanjar la enésima riña en su gabinete me pilló, precisamente, compartiendo un chuletón de morucha con varios gourmets carnívoros, convencidos de que el problema no es la carne sino qué carne. La polémica entre carne industrial y carne natural. Lo intensivo y lo extensivo. Hablar de este asunto en Salamanca, provincia cárnica y carnívora, es complicado, pero la propia estrategia regional para el campo habla de producción sostenible con las ayudas de la PAC al final del camino. Entre tajada y tajada también se aludió al final del camino de la selección española en la Eurocopa, que ha dejado claro que Morata es como Morante, tiene sus días y sus momentos, atados, quizás, a cierta conjunción astral.

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lagacetadesalamanca Carne, no tan fresca