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Como gustan mucho de otorgarse el mérito de los demás y sobre todo, ejercitarse en el arte de presumir y fanfarronear en los nobles despachos ... de nuestras más altas instituciones políticas, se han puesto las distintas cúpulas del poder de nuestras diecisiete Comunidades Autónomas a vanagloriarse cada una de ellas de que llevan inyectadas más vacunas que el vecino de enfrente, sobre todo si el vecino, resulta que es del partido contrario al que preside la propia.
A resultas de ello, la carrera por vacunar al rebaño está pasando a adquirir un pellizco de emoción y rivalidad inusitados, ese mismo que caracteriza a los grandes campeonatos. Natural que ya quien más y quien menos se asome a los telediarios y mire los resultados de la inmunización de las distintas regiones como si estuviera contemplando la clasificación del campeonato nacional de Liga.
No me extrañaría nada que muy pronto en las puertas de las muchas casas de apuestas que han florecido por los barrios más pobres de nuestras ciudades además de anunciarse apuestas sobre si se proclamará campeón el Atlético o el Real Madrid, veamos que también se admiten apuestas sobre qué comunidad adquirirá primero la inmunidad de grupo: Andalucía, Galicia, Castilla y León, Cataluña... Son apuestas que además admiten, como cuando se trata de acertar el futbolista que marcará el primer gol, la sofisticación de que cada cual pueda apostar sobre qué vacuna le acabará cayendo: la Moderna, la Pfizer, la Jannsen, la AstraZeneca...
Lo malo es que también en esta competición, por lo mucho que nos ventilamos, ya comienza a aflorar el juego sucio, como sucede con ciertos arbitrajes que estamos viendo en algunos partidos del fin de campeonato de Liga. La semana pasada sin ir más lejos, Igea comenzó a sacar pecho de lo mucho y bien que se estaba vacunando en Castilla y León. Pues bien, de inmediato apareció en escena el Delegado del Gobierno, Javier Izquierdo, para advertirle que tomaba nota del asunto, un detalle que ya podemos ir interpretando como que a partir de ahora se ralentizará el envío de vacunas a nuestra región. Y no me extrañaría nada que la chulería de Igea la terminásemos pagando la generación baby boom, que ya nos acercábamos al Multiusos con el brazo remangado.
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