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A principios del mes de agosto, cuando el gobierno en consonancia con la línea de austeridad que se pedía desde Europa tras la invasión de ... Ucrania, pedía reducir la iluminación de los edificios públicos y de los escaparates, la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz-Ayuso, le salía al paso asegurando que en lo que estuviera de su parte, naranjas de la China. Las declaraciones de Ayuso, aunque con frecuencia rocen el disparate, son celebradas por todo el PP y en Salamanca nuestro alcalde García Carbayo confesó que por su parte haría lo mismo. Y eso que hacía unos días que Salamanca ya venía apagando a partir de la medianoche ciertas zonas monumentales.
Estos días, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha vuelto a pedir mesura en la iluminación de las próximas fiestas de Navidad y de nuevo nuestro alcalde, se ha apresurado a decir que estas navidades en Salamanca no habrá ni una bombilla menos que en años precedentes. A estas alturas, ya estamos más que acostumbrados a que nuestros políticos, sean del partido que sean, respondan siempre “no” a cualquier propuesta de sus adversarios, independientemente de que la medida suponga un beneficio para todos.
Dicen los psicólogos que alrededor de los dos años, todos los niños atraviesan por una época en la que responden con un “no” a todo y que conviene no confundir esto con la desobediencia, sino que en realidad forma parte del proceso de madurez del ser humano. Simplemente con esa edad, los niños experimentan un proceso de independencia que es saludable para su crecimiento y que convendría comprender.
Es lamentable, pero esto viene a significar que la mentalidad de nuestros actuales políticos es equiparable a la de un niño prácticamente de teta y en consecuencia nos tocará aceptarlo y esperar a que maduren y empiecen a razonar con sensatez y lógica.
A mí lo que sí se me ocurre, de momento, es que cuando un gobierno central desee tomar una iniciativa que beneficie a todos los ciudadanos y deba planteársela a los gobiernos autonómicos y comarcales de signo político contrario, lo que debe hacer es pedirle justo lo contrario de lo que sea pertinente. En este caso que nos forren de bombillas de norte a sur, de este al oeste y de los pies a la cabeza.
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