Barra libre
Viernes, 6 de noviembre 2020, 04:00
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Viernes, 6 de noviembre 2020, 04:00
¿QUIÉN no se ha puesto alguna vez delante de un espejo simulando encontrarse ante un auditorio repleto de personas a las que tratará de convencer con un discurso que le encumbre para los anales de la historia? Quizás pida mucho. Seguramente Pedro Sánchez lo ... haya hecho. No una vez, ni dos, ni tres. Estoy convencido de que tantas, las suficientes, como para acabar creyéndose todo lo que relata ante su espejo. A buen seguro que también se insinuará Pedro ‘Il Bello’ a su reflejo. “Espejito, espejito, ¿quién es el más guapo, listo, inteligente y sabio de este país?”. Pues eso. Ya está todo dicho. ¿Cuál es el problema? Que como interioriza de tal modo su discurso, ya ni siquiera es capaz de compartirlo en un auditorio, con sus correliginionarios -cada vez menos, por cierto-, y ya no digamos con quienes disienten. Esos ni siquiera tienen cabida en dicha sala. Así las cosas, hace y deshace a su antojo sin ruborizarse lo más mínimo. Porque solo su espejo es quien puede hacerle cambiar de opinión. Las críticas de la calle, de los empresarios ninguneados, de los autónomos que ven cómo cesa su actividad y tienen que seguir abonando su cuota, las de la oposición, las de las víctimas del terrorismo... Todo se lo pasa por el arco del triunfo. Hasta tal punto llega el rostro de ‘Il Bello’ que es capaz de ausentarse de la cámara de representación de todos los españoles el día en el que se debate el estado de alarma.
Tiene el rostro como el hormigón armado este ‘plantas’ -que esputó sapos y culebras por su boquita bonita contra Rajoy- cuando monta su propio chiringuito de colocación en Moncloa para sus amigos e incluso esposas de alguno de ellos. La última es que el PSOE incumple las promesas de transparencia sobre sus cargos y el portal de los socialistas deja de actualizar la información relativa a bienes, viajes de sus parlamentarios o proveedores del partido. Y ya si hablamos de que el palacio de las Marismillas -donde suele pasar periodos de descanso- al que invita a sus colegas, el año pasado tuvo unos gastos de más de 750.000 euros que no han sido detallados, apaga y vámonos. Auténtica barra libre. La que le gustaría tener a los hosteleros, que ven cómo han de bajar sus trapas, estigmatizados, sin que nadie haya sido capaz de explicarles aún por qué en sus locales y terrazas apenas se producen contagios, pero sin embargo, deben cesar su actividad. Un cese de actividad que ya sabemos lo que supone. Muchos de ellos no serán capaces de reabrir, ahogados por gastos fijos que no pueden hacer frente. Algún amigo hostelero me reconocía que tal y como estaba la situación, sin atención en barra, con limitaciones en mesas, las terrazas vacías por el frío, casi es mejor cerrar, pero claro, con apoyos. “No para ganar dinero. Para no perderlo”, decía. He pensado desde el principio que limitar la actividad hostelera -con garantías de seguridad en una inmensa mayoría de los casos- lo único que generaba era más botellones. He tenido la oportunidad de corroborarlo en un par de ocasiones acompañando a patrullas de la Policía. Sacar el dedo índice para señalar está muy feo. Pero negar la realidad para ser políticamente correcto tampoco va conmigo. Y en cuestión de ‘descuidos’, de ‘incorrecciones’, de ‘lapsus’, hay un alto porcentaje de jóvenes -insisto, no todos-. Ayer me lo corroboraban varios estudiantes de Periodismo, que asumían que ha habido relajación en algunos y eso ha provocado un incremento de casos en sus círculos.
Toca, de nuevo, aunar fuerzas, pero eso, en España, parece complicado. Sánchez se ha librado del mando único para disfrutar viendo cómo juegan a ensayo-error en las comunidades autónomas, mientras él dedica su tiempo a lo que más rédito le proporciona: la propaganda. De otro modo, ni Sánchez seguiría en Moncloa ni tendría la tropa de mamelucos y mamporreros que tanto le aplauden. Barra libre, claro: el Gobierno de Sánchez cuenta actualmente con 777 asesores eventuales con un incremento del gasto del 38%respecto al Ejecutivo Rajoy. Pero, de nuevo... no pasa nada.
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