Borrar

BAILAR pegados no es bailar”, cantaba con voz estreñida Sergio Dalma hace años. ¿Quién iba a decir que, con el tiempo, el baile iba a ... ser motivo de escándalo (“el que escandalizare a uno de estos pequeñuelos...”) al ser ejecutado nada más y nada menos que en la catedral primada de España? Prudentes han sido los medios que no se han ensañado en demasía con un episodio que, con ser inusual, no pasa de constituir una metedura de pata por parte de alguna autoridad eclesiástica. Dios me libre de echarle las culpas al pobre deán, que dimitió de su cargo con dignidad después de percatarse de la trascendencia de ese vídeo-clip protagonizado por dos horterillas que, además de sus sensuales contoneos, cantan. Si al menos la danza se hubiera desarrollado como indicaban admonitorios los directores espirituales de la posguerra, es decir, permitiendo que en los bailes “agarraos” el aire circulara holgadamente entre la pareja, otro gallo hubiera cantado, aunque no el de San Pedro precisamente.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Sigues a Román Álvarez. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Bailando en sagrado