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Ya vamos estando todos. García Carbayo presentó ayer su candidatura municipal unas horas después de que lo hiciese Ana Suárez. Hemos saltado de siglo ... desde la última vez que una mujer se presentó a la alcaldía de Salamanca con alguna garantía: Pilar Fernández Labrador, madre del diputado José Antonio Bermúdez de Castro. Entramos en campaña poco a poco bajo el síndrome de la extrapolación. Los candidatos tienen el reto de convertir a Salamanca en una buena madre, que no solo hechice y dé vivienda apacible a los forasteros, también que cobije a los suyos para que puedan anidar en ella. Se lo deberían recordar las maternidades de Jacinto Bustos Vasallo, en Aldeanueva de Figueroa, y la de Marino Amaya en Huerta Otea e incluso la familia reunida en la entrada de la Vaguada de la Palma, casi a los pies del alcázar salmantino, que esculpió para la Plaza de España Juan Pérez González y terminó en Salas Bajas. Una buena madre en la provincia donde Buenamadre concita muchas devociones, hicimos leyenda de una madre vengadora, María La Brava, y presumimos de la Universidad de Salamanca, alma mater de otras y madre de todas las ciencias. O lo era, ¡ay, madre, qué dudas! Sabemos de madres coraje en Salamanca y de la extinción, poco a poco, de las madres superioras. Isabel la Católica perdió a un hijo en Salamanca, el Príncipe Juan, que quizá esté representado en la rana y la calavera. Tenemos madres dolorosas en catedrales, iglesias, ermitas, capillas... en un espacio en el que la fe es muy estricta: Madre no hay más que una. A veces los niños no tienen más que eso, madre, y su ausencia deja más herida que la del padre, decía la Psicología tiempo atrás.
Bruselas recuerda a Audrey Hepburn con una exposición íntima de fotografías que ha recopilado su hijo. No sé si alguna se realizaría en Salamanca donde la fascinante actriz de “Desayuno con diamantes” pasó unos días acompañando a su marido, Mel Ferrer, que rodaba en la Catedral “El señor de La Salle”. En realidad, la catedral salmantina era la de Reims. Cosas del cine. El añorado Gran Hotel acogió en 1963 a la pareja de actores. Este año se cumplen quince de su cierre. La gran Hepburn nunca hubiese preguntado dónde queda Salamanca, como nosotros nunca preguntaríamos dónde queda Barcelona o Santiago de Compostela o Sevilla, por ejemplo. Incluso sabemos muy bien dónde se encuentra Japón, donde hay una parte salmantina, como hay un espacio en el alma y el suelo salmantino que es japonés. En fin, imaginar a la actriz más elegante del cine, fuente de inspiración para tantos diseñadores, caminando entre la monumentalidad salmantina me parece de lo más sugerente.
El caso es que campaña sobre campaña y sobre campaña una hemos entrado en el mercado de las elecciones municipales. El PP de Carbayo busca la remontada; el PSOE de José Luis Mateos, la confirmación; el Ganemos y no sé cuántas siglas más de Gabriel Risco, algo más que un hueco, quizás un espacio en el que emplazarse; y Ciudadanos, de Ana Suárez, busca acertar. Y aunque se dice que unas municipales no son unas generales (obvio), las tendencias son las tendencias. Pero las tendencias tienen que ser confirmadas por cifras y tiempos, dicen los sociólogos y estadísticos. Una vez más mis oráculos no se ponen de acuerdo e insisten en que el resultado final será de nuevo una sorpresa. Mamma mía qué campaña nos espera y qué jornada electoral nos aguarda.
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