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Atila y los numantinos

Miércoles, 9 de marzo 2022, 04:00

Aquel bárbaro se llama hoy Vladimir, y su caballo no es Othar, sino divisiones acorazadas que invaden y asolan sin piedad los pueblos y naciones ... que bordean el inmenso territorio ruso, y sobre los que algún día volverá a crecer la hierba. El asedio a Kiev, una importante ciudad cuando Moscú era aún una aldea, está próximo a concluir, pese a su resistencia numantina. Como el templo del que trata el Evangelio de San Lucas, “esto que contempláis llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra”. Asistimos en directo a la destrucción de una capital, defendida hasta el heroísmo por quienes saben cómo es Putin, la asfixia de libertades - y la represión -, que traerá su “victoria”. Edificios derruidos y columnas de humo, junto a ucranianos cuyas esposas e hijos huyen a la Europa libre, y están dispuestos a inmolarse en las barricadas. A pesar de esta política de tierra quemada, tengo la convicción que algún día - ya no estaré -, Kiev resurja de sus cenizas.

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