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Aunque no me gusta el fútbol ni mucho ni poco ni nada, la realidad es la realidad, y el espectáculo futbolero de masas está ahí ... y creciendo como el verdadero opio del pueblo que es. Porque si no fuera así, no se darían por ejemplo casos como el que se vive en Salamanca entre dos modestos equipos, enemigos y vecinos; dos equipos, según observo, que quieren recoger la herencia de la extinta UDS: el Unionistas y el Salamanca.

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lagacetadesalamanca Así no se juega